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Monopolio desde Hayek y Schumpeter

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En este texto nos ocuparemos del monopolio. Para Walras, uno de los tres fundadores del marginalismo, el monopolio era una desviación de la competencia perfecta y, por tanto, una falla de mercado (Monsalve, 2018). Para adentrarnos en este problema que nos ocupa, empezaremos definiendo qué es la competencia perfecta desde Walras y Marshall y después sostendremos que el monopolio no es una falla de mercado desde Hayek y Schumpeter.

1. Qué es la competencia perfecta desde Walras y Marshall

Una aproximación a la competencia perfecta se presenta desde Walras (1874):

La competencia perfecta [tiene] lugar cuando compradores y vendedores confluyen en una subasta masiva. En esta gran subasta, las condiciones de cambio [son] públicas y los vendedores [pueden] recibir distintas ofertas. [Suponemos] un mercado perfectamente organizado desde el punto de vista de la competencia, de igual forma que en la mecánica [newtoniana] se supone que las máquinas se encuentran libres de rozamientos (pp. 70).

Luego de esta aproximación, llegamos a la aproximación de Marshall (1890). Esta consiste en que haya un gran número de demandantes y oferentes, que los bienes sean homogéneos, que no haya barreras a la entrada y salida de oferentes, que los agentes —productores y consumidores— sean racionales, que haya flexibilidad de los precios, que los participantes tengan información perfecta, que haya perfecta movilidad de los factores de producción, que no haya intervención del Estado y que los individuos sean tomadores de precios.

2. Supuestos irreales… problemas irreales

2.1. Crítica a la competencia perfecta desde Hayek y Schumpeter

Al tener como punto de partida la competencia perfecta, se dan por hechas varias cuestiones que no ocurren en la práctica (Hayek, 1946). Los bienes no son homogéneos, los individuos no son tomadores de precios, hay restricciones a la entrada y salida de oferentes, y los individuos no tienen conocimiento perfecto.

Asimismo, se da por sentado que se conoce cuál es el menor coste posible, que los productores conocen las preferencias de los consumidores, y que los consumidores conocen todas las opciones presentes al momento de elegir entre dos o más bienes o servicios (Hayek, 1946). Pero esto tampoco ocurre en la práctica. En el caso en que se conocieran todos estos datos como se asume en la competencia perfecta, no habría competencia, puesto que no se tendría que publicitar, reducir precios o diferenciar productos para ofrecer mejores alternativas que los demás oferentes. Esta información (cuáles son las mejores alternativas) ya estaría dada para todos los individuos. Hecho este proceso (publicitar, reducir precios y diferencias productos), en el que se transmite información a consumidores, que eligen, y otros productores, que imitan, se puede llegar a lo que se da por sentado en la competencia perfecta.

Del mismo modo, no es posible considerar que un individuo posea conocimiento perfecto de todo lo que ocurre, debido a que no todos los individuos tienen la misma información, que la información que poseen los individuos cambia en cada momento del tiempo, que los individuos tienen limitaciones de conocimiento y capacidad para procesar toda la información que obtienen (Simon, 1990), y que si el conocimiento fuera perfecto, no habría acción (Morgenstern, 1935).

Así pues, por sus supuestos irreales, la competencia perfecta no nos explica qué es la competencia en la realidad. En oposición a esta concepción de la competencia, Hayek (1945) parte de que en la práctica el problema económico no es un problema estático, sino dinámico, a saber, un problema que surge del cambio, puesto que se adquieren nuevos datos y, por tanto, deben tomarse nuevas decisiones ante nuevas circunstancias.

Visto desde la perspectiva de Schumpeter (1944):

Producir significa combinar materiales y fuerzas que se hallan a nuestro alcance. Producir otras cosas, o las mismas por métodos distintos, significa combinar en forma diferente dichos materiales y fuerzas (pp. 76). (…) Este es un cambio espontáneo y discontinuo, alteraciones del equilibrio (pp. 75). (…) [Estas acciones, que recaen en los productores], conducen los medios de producción a nuevos caminos. También conducen en el sentido que llevan a otros productores tras de sí. Pero como sus competidores, que reducen primeramente y por último anulan sus ganancias (pp. 98).

De este modo, este otro autor explica el carácter dinámico del problema económico y sus resultados. Entre estos resultados se encuentra la entrada de un nuevo bien o el cambio en la calidad de un bien preexistente, la entrada de un nuevo método de producción, el acceso a un nuevo mercado, el hallazgo de nuevas materias primas, y el establecimiento de una nueva organización en cualquier sector industrial (Schumpeter, 1944).

En orden, cada uno de estos puntos implica que los bienes no son homogéneos y se diferencian, que la tecnología y, por ende, los costes se modifican, que se ha facilitado la entrada de competidores a un nuevo mercado, que los bienes se hacen relativamente abundantes y, por tanto, se alteran los precios, y que el tamaño de las firmas no lo deciden los supuestos que se imponen, sino los precios y costes a los que se enfrentan las firmas (Coase, 1937).

2.2.  El monopolio no es una falla de mercado desde Hayek y Schumpeter

Como hemos dicho, unos supuestos irreales pueden llevar a problemas irreales. Si no tenemos una explicación correcta de qué es la competencia en la realidad, debido a que se supone que no se compite, es decir, se supone que no se publicita, no se reducen precios y no se diferencian productos y como ocurre que no todos los individuos tienen la misma información, que la información que poseen los individuos cambia en cada momento del tiempo, que los individuos tienen limitaciones de conocimiento y capacidad para procesar toda la información que obtienen, y que el conocimiento es imperfecto, tampoco tendremos una explicación correcta de qué es una falla de mercado.

Si los productores se encargan de recibir y entregar información (qué empresas son mejores que otras, qué empresas tienen mejores costes que otras, y qué empresas tienen mejores bienes que otras) y si no hay barreras a la entrada y salida de oferentes, un monopolio no es una falla de mercado puesto que su posición se consigue por ofrecer mejores condiciones que los otros oferentes (Hayek, 1946). Esto hace que, después una perspectiva dinámica y no estática, el monopolista no se perpetúe en su posición, sino que otros oferentes busquen la misma posición ofreciendo mejores bienes y servicios que el monopolista (Schumpeter, 1944). De este modo, si todos los oferentes compiten por esta posición, pero, a su vez, tienen que ofrecer mejores bienes y servicios para llegar a este lugar, llegaríamos a una mejor explicación de la eficiencia. Respecto a esto, autores como Basile (2001) han mostrado que el monopolio es más eficiente al dar lugar a la eficiencia dinámica en lugar de la eficiencia estática de la competencia perfecta. Asimismo, otros autores como Faccio y McConnell (2020), al usar datos desde 1910 para 75 países, han mostrado que, siguiendo la teoría de la captura del regulador, si las conexiones políticas no restringen la entrada de oferentes, estaremos ante este proceso schumpeteriano.

Referencias

Basile, R. (2001). Export behaviour of Italian manufacturing firms over the nineties: the role of innovation. Research policy, 30(8), 1185-1201.
Coase, R. (1937). The Nature of the Firm. Economica, (16(4), 386-405.
Faccio, M., & McConnell, J. (2020). Impediments to the Schumpeterian Process in the Replacement of Large Firms. NBER Working Paper, (w27871).
Hayek, F. (1945). The use of knowledge in society. The American economic review, 35(4), 519-530.
Hayek, F. (1946). The meaning of competition. In Individualism and Economic Order. Chicago: University of Chicago Press.
Marshall, A. (1890). Principios de economía: introducción al estudio de esta ciencia. Barcelona: El Consultor bibliográfico.
Monsalve, S. (2018). Competencia bajo equilibrio de Nash. Bogotá: Facultad de Ciencias Económicas – Universidad Nacional de Colombia.
Morgenstern, O. (1935). Vollkommene voraussicht und wirtschaftliches gleichgewicht. Zeitschrift für Nationalökonomie/Journal of Economics, 337-357.
Schumpeter, J. (1944). Teoría del desenvolvimiento económico: una investigación sobre ganancias, capital, crédito y ciclo económico. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.
Simon, H. (1990). Bounded rationality. In Utility and probability (pp. 15-18). Palgrave Macmillan, London.
Walras, L. (1874). Éléments d ́Économie Politique Pure ou Théorie de la Richesse Sociale. (1st. part) Laussane: Guillaumin.

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