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Ayudar a Banderas, igual que capturar a Ben Laden

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No importa si se trata de los dominios, la lucha contra delincuencia o la "seguridad nacional". De forma sistemática, se trata del anuncio de un intento de mayor control sobre la red y de un recorte de derechos y libertades de los ciudadanos en el ciberespacio. Ahora, la nueva motivación de la Casa Blanca es, y eso no puede sorprender a nadie, los derechos de autor.

La "zarina del copyright" estadounidense (cuyo cargo oficial lleva el ampuloso nombre de Coordinador de Derechos de Propiedad Intelectual), Victoria Espinel, ha propuesto una reforma de la legislación sobre la materia realmente dura. Aunque la mayor parte de los medios de comunicación en español ha destacado que se quiere ilegalizar el streaming (reproducción de audio o video por internet sin necesidad de descarga previa) que se realice sin autorización de los titulares de los derechos de autor, esta idea no es la peor de todas las contenidas en el Libro Blanco presentado por Espinel.

Como si de una novela del absurdo se tratara, la Casa Blanca pretende reformar la ley federal para aplicar a las investigaciones sobre la materia en cuestión medidas reservadas en EEUU a la lucha contra delitos especialmente graves. De hecho, hay quien apunta a que Obama se inspira en la Patrioc Act de Bush contra el terrorismo para combatir la piratería online. Y en buena medida es cierto. El anterior presidente de EEUU utilizó la citada norma para incluir el apoyo material a grupos terroristas y el uso de armas de destrucción masiva entre las conductas que justificarían el uso de escuchas telefónicas en el curso de una investigación criminal. El actual mandatario quiere utilizarlas para perseguir las violaciones de derechos de autor.

Por si eso no fuera suficiente, el equipo de Obama pretende implicar al Departamento de Seguridad Nacional (el encargado de coordinar la lucha contra el terrorismo) en la defensa de la denominada propiedad intelectual. En concreto, quiere que tenga un papel activo y de colaboración con los titulares de derechos de autor en la detección y persecución de software y dispositivos que permitan eludir las medias anticopia. Se ve que proteger los royalties de Tom Hanks y Antonio Banderas es tan importante como tratar de capturar a Ben Laden.

El hecho de que el 80% de las contribuciones a campañas políticas procedentes de Hollywood en 2008 (año en el que el actual presidente de EEUU resultó elegido) tuvieran como destinatarios a los demócratas puede tener algo que ver con esto. Si no es así, tampoco importa demasiado. Obama es, cada vez más, un peligro la libertad de internet.

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