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Inmoral rendición del Estado ante la coacción de los terroristas

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Hoy, lunes 17 de octubre de 2011, se escenificará en San Sebastián una inmoral conferencia internacional, auspiciada por el socialismo y aplaudida por el nacionalismo, que pretende que un Estado democrático y multipartidista se rinda y negocie en igualdad de condiciones con los terroristas de ETA que han asesinado hasta la fecha a 858 personas, quemado negocios, extorsionado a empresarios, coaccionado municipios, perseguido a familias no-nacionalistas y han logrado que cerca de 300.000 ciudadanos hayan huido en diáspora hacia otras regiones de España en donde su derechos fuesen garantizados por las instituciones.

A aquellos que duden de la inmoralidad de los terroristas y de sus cómplices internacionales, les invito a que visiten In Memoriam para que no olviden nunca lo inolvidable, que existen víctimas que merecen memoria, dignidad y justicia.

Lo que podremos constatar con el intento de «maquillaje político« de los actos terroristas es que los políticos intervencionistas han olvidado el significado real del concepto de Ley, ya que su relativismo y su carencia de valores morales les impide concebir que existen límites que no se pueden rebasar en una democracia, algo que:

…tiene mucho que ver, pues, con el declive del derecho privado (en el que Hayek, al estilo anglosajón, incluye el derecho penal) y con el auge del derecho público, en el continente sobre todo…porque la ley se entiende como instrumento del poder y no como su límite.

La profesora Paloma de la Nuez, en su excelente libro La Política de la Libertad (Unión Editorial, 2010: páginas 244 y 245), comenta lo anterior a propósito del pensamiento político de Friedrich A. Hayek respecto de la decadencia del Estado de Derecho.

De hecho, un Estado de Derecho, digno de tal nombre, existe sólo cuando las instituciones respetan y protegen los derechos a la vida, a la propiedad, a la libertad y a la igualdad ante la ley de los ciudadanos, dado que son instituciones morales inmanentes e inseparables de la naturaleza del hombre libre. Los derechos individuales son responsables de la LIBERTAD, escrita con mayúsculas y, por tanto, son más importantes que la propia democracia.

De las premisas anteriores se deduce que el triunfo del Estado de Derecho en España incluye un respeto irrenunciable por los derechos individuales de las víctimas del terrorismo con los que no puede jugar ningún Gobierno ni ningún Parlamento. Lo anterior significa que es imprescindible una disolución incondicional y absoluta del grupo terrorista ETA y una solicitud expresa de perdón a las víctimas de su barbarie, como pasos previos para poder recibir, años después, cierta clemencia en donde un Ministerio de Justicia debiera siempre preguntar por el consentimiento previo de las víctimas que fueron objeto de la barbarie criminal.

Una sociedad civilizada se caracteriza, esencialmente, por el respeto de las instituciones y de la mayoría de la población hacia los derechos individuales y por la lucha contra la violencia con una aplicación estricta del Código Penal para castigar a los delincuentes y, entre ellos, especialmente a los asesinos.

Por dichos motivos, es una auténtica irresponsabilidad permitir que los terroristas, sin haber abandonado definitivamente las armas, sin renunciar a la violencia y sin interiorizar las reglas del juego democrático, puedan participar en elecciones democráticas, acceder a los datos fiscales de los contribuyentes españoles, gobernar ayuntamientos y diputaciones, obtener escaños en un Parlamento, recibir fondos públicos y seguir buscando su utopía, haciendo uso de las propias instituciones democráticas para seguir coaccionando a los ciudadanos de bien.

Sin embargo, sería un error político aún mayor, imperdonable por la inmensa mayoría de los españoles de bien, que se negociase y se diese interlocución oficial a la banda terrorista ETA junto con concesiones mayores en materia penitenciaria porque, al día siguiente, estarían solicitando reclamaciones en materia política al recibir del Estado réditos al uso de la violencia. Significaría no comprender la naturaleza psicopática e inmoral con la que actúan los terroristas y daría nuevos bríos al uso del terror contra los ciudadanos para conseguir utopías nacionalistas, comunistas, islamistas o de cualquier otro tipo de colectivismo.

Es una esperanza que, tal y como reflejaba ayer la encuesta de NC Report para el diario La Razón, un 81,6% de los españoles exigen la derrota de ETA y que se produzca un final digno, lo que sólo se producirá si se respetan las leyes y los terroristas no obtienen contrapartidas políticas como consecuencia del cese de su violencia.

Cuando se observan el terrorismo y los comportamientos inmorales de muchos políticos, conviene recordar el libro Camino de Servidumbre del genial Hayek y su célebre dedicatoria «a los socialistas de todos los partidos«, porque nos recuerda la importancia de luchar y no rendirse frente a las amenazas totalitarias, actuar con contundencia desde las instituciones democráticas y no hacer concesiones que hagan triunfar la violencia.

Sin embargo, como ejemplo de moral y apego a los derechos de las personas, los millones de ciudadanos que distinguimos entre el mal y el bien, respaldamos la labor de las Asociaciones de Víctimas del Terrorismo (1, 2) y apoyamos sus movilizaciones, mostrando nuestro más sincero agradecimiento a las personas que contribuyen a mantener viva la llama de la LIBERTAD entre todos los españoles: «Memoria, Dignidad y Justicia«.

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