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Grecia boicotea la cumbre europea contra el comunismo y el nazismo

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Los motivos expuestos han levantado ampollas en Estonia, desatando una crisis diplomática entre ambos países.

Increíble, pero cierto. El Gobierno griego se ha negado a participar en las jornadas que ha convocado la presidencia rotatoria de la Unión Europea para recordar los crímenes cometidos en Europa por el comunismo y el nacional-socialismo. Aunque todos los gobiernos del Viejo Continente han querido enviar a diplomáticos o representantes políticos a la cumbre, el país heleno ha sido la excepción y ha optado por ausentarse de la cita.

Pese a la ausencia griega, la cumbre se celebró con normalidad el pasado 23 de agosto en Tallinn. La cita tuvo lugar en la capital de Estonia porque es precisamente la república báltica la que ocupa la presidencia rotatoria de la UE. El Ejecutivo de Syriza, que comanda Alexis Tsipras, comunicó su negativa por carta, con una misiva firmada por el ministro griego de Justicia, Stavros Kontonis. Los motivos expuestos han levantado ampollas en Estonia, desatando una crisis diplomática entre ambos países.

En su carta, el integrante del gobierno de Syriza apunta que «en un momento en el que los valores de la Unión Europea están siendo cuestionados por el auge de la extrema derecha y de los partidos neonazis, un evento de este corte resulta especialmente desafortunado». Para Stavros, «el horror que infligió el nazismo fue total y unidimensional. Sin embargo, el comunismo dio pie al nacimiento de docenas de vertientes ideológicas, como por ejemplo el comunismo europeísta. Esas corrientes combinaron el socialismo con la democracia y la libertad».

23 de agosto, un día para el recuerdo

El ministro de Justicia griego apela en su carta a los «valores europeístas» para criticar la decisión de equiparar a las víctimas del comunismo con las del nacional-socialismo. Sin embargo, el Parlamento Europeo acordó en 2009 la consagración del 23 de agosto como el Día de la Conmemoración de las Víctimas del Estalinismo y el Nazismo. Precisamente por este motivo, Estonia organizó la cumbre en cuestión, en el marco de su presidencia rotatoria de la Unión Europea.

La fecha escogida no es ninguna casualidad. El 23 de agosto de 1939, los líderes comunistas de la Unión Soviética y los máximos responsables de la Alemania nacional-socialista suscribieron un pacto de no agresión, conocido como el acuerdo Molotov-Ribbentrop. Dicha alianza abrió las puertas al «reparto» de Polonia entre ambas tiranías. Además, tuvo implicaciones para Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania… que pasaron a ser consideradas «zonas de interés», en el marco de la agenda expansionista de ambas dictaduras.

La agenda de la cumbre

La cumbre del pasado 23 de agosto empezó con una reunión en la que estuvieron presentes los ministros o secretarios de Estado de Justicia de numerosos países de la Unión Europea. Tras esta primera cita, se celebró una rueda de prensa con medios de comunicación nacionales e internacionales.

A continuación, se celebró un acto de conmemoración en la Plaza de la Libertad de Tallinn. Los actos continuaron tras un almuerzo de trabajo, con una conferencia titulada «La vigencia en la Europa del siglo XXI de los crímenes cometidos por regímenes comunistas». Después el evento incluyó un acto sobre las atrocidades imputables al nacional-socialismo. La jornada concluyó con la inauguración de una exposición.

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