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Webs subvencionadas, desastre seguro

Publicado en Libertad Digital

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El caso de Filmotech es el más sangrante, porque es más caro y más antiguo, así que tenemos datos. En concreto, datos de que no lo visita ni el Tato, pese a que ha contado siempre con un buen volumen de publicidad gratuita y hasta le dan premios oficiales por ser un "caso de éxito". Se trata de una web estrenada hace dos años y medio donde se pueden comprar películas online, pero negándote las libertades que sí ofrece gratuitamente la descarga en redes P2P. Has de pagar por ver las películas desde la web o descargarlas con un montón de restricciones de uso y de copia.

¿El resultado? Google estima que la web tiene unos 5.900 visitantes únicos al mes, lo cual, para cualquiera que sepa algo de esto, es una porquería. Se discute, y con razón, si las cifras de 24.135.533 usuarios únicos de elmundo.es ofrecidas por OJD son ciertas. Pero no cabe duda de que este diario –y otros muchos, que no toda la vida es Soitu– sí es un "caso de éxito". Menos para el Gobierno, que parece considerar el éxito en la web como aquello que no gusta a los internautas pero sí a los burócratas que conceden las subvenciones.

Mientras, al otro lado del charco, Hulu se ha convertido en un gran éxito debido a que ha ofrecido a los internautas algo mejor que lo que tenían. Han de ver los vídeos en la web, sí, pero a gran calidad y gratuitamente. Es mucho más cómodo de usar que las redes P2P, así que el precio de ver anuncios se paga sin problemas.

El otro caso, el de Promusicae, aún tendría arreglo, dado que ha sido inaugurado la semana pasada. Se llama elportaldemusica.es y ha costado, se supone, 1.075.000 euros, de los cuales 737.000 han venido de la subvención. La web es más simple que el mecanismo de un chupete. Tanto, que es casi imposible no preguntarse si no habrá costado bastante menos que el importe de la subvención. Consiste simplemente en tres listas: canciones y álbumes más vendidos y últimas novedades discográficas. La música empieza a sonar sin intervención del usuario, algo que va en contra de todos los manuales de usabilidad que se hayan escrito y de los que están por escribir. No se puede navegar entre los distintos artistas sin cortar la música que está sonando. Sólo ofrece fragmentos, no canciones completas. En definitiva, una web que difícilmente usarán muchas más personas que Filmotech.

Pero, eso sí, la hemos pagado nosotros en estos tiempos de crisis en que nos falta de todo. Las webs creadas a golpe de talonario del Estado garantizan una cosa: no estarán hechas para el público potencial, sino a gusto del burócrata. Es lo que sucede siempre, pero en un mercado tan dinámico como internet se nota más, mucho más. Y luego preguntarán los socialistas que en qué se puede meter la tijera presupuestaria.

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