Skip to content

Agentes, control y coordinación

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

Un agente es un sistema capaz de realizar trabajo liberando energía de forma restringida en un ciclo termodinámico. Un agente actúa, hace algo, tiene algún efecto sobre el mundo, causa algún cambio o movimiento, es una máquina que construye, destruye o transforma algo.

No todas las entidades de la realidad son agentes: muchas son estructuras pasivas que no realizan trabajo. Un agente puede actuar sobre cosas que no sean agentes (un albañil construye una pared, una aspiradora limpia una habitación), sobre otros agentes (un operario construye, repara o destruye una máquina; un médico opera a un paciente) o incluso sobre sí mismo (un ser vivo se autoconstruye, un programa informático se modifica a sí mismo).

Un sistema puede estar constituido por un agente simple, si no tiene componentes más elementales que sean a su vez agentes; o ser un agente complejo cuyas partes sean a su vez agentes (simples o complejos).

Un único agente que pueda activarse o desactivarse, variar su intensidad, o realizar diferentes tareas entre un repertorio de posibilidades, puede tomar decisiones al azar o disponer de un sistema de control que elija qué hacer en cada circunstancia. Un tipo especialmente importante de acción que un agente puede realizar sobre otro agente es el control, la determinación (total o parcial) de la conducta de otro: un controlador dirige a un ejecutor. Un sistema que se autocontrola es autónomo: sus mecanismos de control forman parte del propio sistema; un sistema heterónomo es controlado desde el exterior.

Los seres vivos son agentes autónomos autopoyéticos: se controlan a sí mismos y su acción sirve para su generación, mantenimiento y supervivencia. Los seres vivos son sistemas complejos: están constituidos por múltiples subagentes más simples de diversos tipos. Un agente complejo necesita algún mecanismo que coordine la actividad de sus componentes, de modo que su acción sea coherente, complementaria y no mutuamente destructiva.

Cuando varios agentes actúan, sus efectos pueden agregarse, interferir o combinarse de múltiples modos lineales o no lineales (sinergias), constructivos o destructivos. Varios agentes pueden superponer una misma acción, juntando capacidades semejantes: múltiples propulsores de un cohete a reacción, diversos cilindros en un motor de explosión, varias personas tirando de una cuerda, varios instrumentos iguales tocando una misma melodía. Múltiples agentes pueden combinar acciones diferentes complementarias para constituir acciones y efectos más sofisticados: orgánulos en una célula, órganos en un ser vivo multicelular, jugadores de un equipo deportivo, máquinas en una cadena de montaje, instrumentos de una orquesta.

La mayor potencia y sofisticación que puede conseguirse mediante múltiples agentes requiere algún tipo de coordinación entre los mismos, algún tipo de interacción que permita la generación, transmisión y procesamiento de información para la dirección armoniosa de la acción: que todo el mundo empuje o tire simultáneamente; que todos los miembros de un expedición de caza sepan lo que tienen que hacer en cada momento; que los soldados mantengan una formación.

Los mecanismos de coordinación pueden ser descentralizados, mediante múltiples ajustes locales y parciales entre los agentes, sin jerarquía de mando (orden espontáneo de un mercado libre; jugadores sin entrenador); o centralizados, mediante estructuras jerárquicas de mando con agentes especializados en recopilar, procesar y distribuir información y órdenes a diferentes niveles para dirigir la conducta de otros (gobierno o jerarquías de mando de un ejército, una empresa, una burocracia; sistema nervioso de un organismo; director de orquesta; entrenador de un equipo).

Los dos tipos de coordinación tienen sus ventajas y sus inconvenientes, sus fortalezas y sus limitaciones: capacidad de visión global y de gestión de la información local, eficiencia de la coordinación (rapidez y acierto en el intercambio y procesamiento de información y ajuste de las conductas), adaptabilidad frente a cambios de circunstancias, resistencia frente a fallos de los organismos de control (por limitaciones cognitivas o por captura interesada o corrupción). Los sistemas exitosos suelen utilizar combinaciones de ambos (supervisores conscientes de sus limitaciones y ejecutores con capacidad de iniciativa) según sus circunstancias y necesidades de cohesión unificada (conflicto bélico) o de libertad flexible (innovación y creatividad empresarial).

Todos los agentes controladores tienen capacidades limitadas y pueden tener problemas y conflictos de coordinación interna. Un agente controlador, o es muy simple y de capacidad reducida, o es un sistema de gobierno complejo constituido por múltiples agentes que a su vez requieren algún tipo de ajuste interno (que en última instancia surge evolutivamente de abajo hacia arriba de forma espontánea). Un jefe puede gobernar un grupo, pero su sistema cognitivo o mente es una sociedad de agentes operando en su mayoría a un nivel inconsciente y no necesariamente de forma armoniosa; un gobierno puede tener varios miembros con opiniones o intereses incompatibles.

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más artículos

Sobre la libertad económica en Europa

Según el último Índice de Libertad Económica publicado por la Heritage Foundation, algunos países europeos se encuentran entre los primeros lugares a nivel mundial.