El pasado 2 de noviembre, el Instituto Juan de Mariana y el Centro de Estudios OMMA nos sentamos con Francisco García Paramés para recorrer su historia personal como inversor.

J.I. Castillo, director académico del IJM y del ‘Máster en value investing y teoría del ciclo’ en OMMA, y Francisco Capella, miembro fundador del IJM, fueron los encargados de acompañar a este laureado inversor.

Los tres se unieron en un coloquio que recorrió las enseñanzas recogidas en su reciente libro, Invirtiendo a largo plazo, que cuenta con una estructura con la que García Paramés hacía homenaje al economista austríaco Ludwig von Mises: una primera parte de su obra versa sobre historia y la segunda, sobre teoría. 

Hasta el lugar de la conferencia se acercaron 100 personas y otras tantas lo pudieron ver desde sus casas (streaming), repartidas entre miembros del Instituto Juan de Mariana y alumnos del máster de inversión de OMMA. 

Para nuestro invitado, el value investing es hacer las cosas con sentido común e invirtiendo bien, lo que con el tiempo lleva a obtener buenas rentabilidades. El valor añadido del gestor consiste en generar una mejor asignación de capital, lo que se traduce en la posibilidad de impulsar más y mejores empresas, mejorando la calidad de vida de las personas. La función del inversor en valor es más atípica pero especialmente valiosa, ya que entran en empresas que nadie quiere, y salen de ellas cuando todo el mundo quiere entrar, haciendo que los mercados tiendan a una mayor eficiencia. Precisamente, señalaba García Paramés, lo que más le había llamado la atención de la escuela austríaca es ese mensaje de que “el mercado funciona”.

Asimismo, aseveraba que invertir en activos reales es proteger y hacer crecer tu patrimonio, mientras que invertir en activos monetarios es someterlo a pérdida continua derivada de la inflación crónica.

Recomienda leer a autores como Daniel Kahneman o Richard Thaler, autores que escriben sobre psicología y economía, ya que es importante entender por qué las personas compran y venden. Recalcaba que las características de la personalidad son más importantes que la capacidad de análisis.

Para él, para invertir a largo plazo, lo esencial es entender el modelo de negocio. Por ello, el análisis que aplica es mayormente cualitativo. Solo aplica dos condiciones cuantitativas: PER 15 y saber que el negocio seguirá dentro de 15 años; el resto es razonamiento de por qué merece la pena invertir en esa empresa, y ahí lo importante es la calidad de ese razonamiento.

Nos contaba que le fue muy difícil dar el paso de escribir. Pero, ahora que ha cogido el ritmo, es posible que vaya recopilando ciertos temas sobre los que le interese reflexionar y que, con el tiempo, pueda sacar otro libro.

Respondiendo a una de las preguntas, señaló cuál es el que considera su principal acierto: nunca haber dudado de que lo que estaban haciendo era lo correcto.

 

Entradas recomendadas