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Servicios e información no pueden ser dinero

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Un agente económico puede producir bienes o proporcionar servicios; un servicio especial consiste en generar capacidad en los agentes (en sí mismo o en otros) para producir bienes o suministrar servicios (aprendizaje personal, entrenamiento, enseñanza, creación de organizaciones coordinadas).

Los servicios son acciones que un agente realiza para su beneficio o el de otros, pero que no son cosas transferibles. La capacidad de proporcionar esos servicios en general tampoco es transferible de forma simple, directa e inmediata (enseñar a otra persona a realizar una tarea es diferente de realizar esa tarea para el otro).

El dinero sirve como medio de intercambio indirecto, depósito de valor y unidad de cuenta. Los agentes económicos intercambian mercancías (bienes) o servicios (acciones), además de promesas de entregar o proporcionar bienes o servicios. Los servicios en general no pueden funcionar como medio de intercambio indirecto, depósito de valor o unidad de cuenta: por lo tanto el dinero base debe concretarse en alguna mercancía o bien constituido por un objeto o cosa material. La información o conocimiento es un bien especial, ligado al servicio de la enseñanza y el aprendizaje, pero tampoco puede funcionar bien como dinero.

Un mismo servicio no es intercambiable de forma sucesiva entre diferentes personas, y los servicios no son almacenables para preservar valor (no acumulo valor al recibir varios cortes de pelo sucesivos). Los servicios sólo pueden intercambiarse una vez (se reciben pero el receptor no puede a su vez transferir ese mismo servicio; yo recibo un masaje pero no puedo darle a otro ese mismo masaje), no pueden acumularse e intercambiarse múltiples veces en intercambios indirectos. La recepción y la prestación del servicio por una misma persona están por lo general desconectadas: si un agente sabe prestar un servicio puede hacerlo sin necesidad de recibirlo antes, y es posible recibir un servicio sin prestarlo después.

Los servicios sólo tienen valor de uso, carecen de valor de intercambio, luego su demanda no considera intercambios subsiguientes imposibles. Los bienes constituidos por objetos físicos sí son en general mercancías transferibles en múltiples intercambios sucesivos. Los servicios proporcionados por un agente a un receptor no son por lo general transferibles de nuevo a otra persona. El trabajo en sí no es transferible a terceros, pero sí lo son los productos resultado de la aportación laboral (no puedo revender el acto de pintar mi casa y que eso resulte en otra casa pintada, pero puedo vender mi casa recién pintada).

Algunos servicios requieren la presencia física del proveedor y contacto físico directo con la persona que los recibe o sus posesiones (arreglar un automóvil): trasladar el servicio es transportar a la persona que realiza el servicio (o a la persona u objeto que lo recibe). Los servicios relacionados con la información pueden proporcionarse de forma remota en la medida en que sólo requieran transmisión y procesamiento de información con los medios de comunicación adecuados (asesoramiento financiero, diagnóstico médico, enseñanza a distancia).

Los servicios son además difícilmente cuantificables, divisibles, fraccionables en unidades homogéneas o comparables (dependen del proveedor y de cómo se ejecutan): no sirven por lo general como unidad de cuenta.

La información es un bien especial que al ser inmaterial se proporciona como un servicio. Los servicios relacionados con el conocimiento y la información son especiales, ya que cada receptor se transforma en un portador y un transmisor en potencia: los datos pueden almacenarse e intercambiarse múltiples veces, y al transmitirse se reproducen una y otra vez generando copias de sí mismos (el maestro enseña al alumno una capacidad que él mismo no pierde; el emisor puede transmitir una información al receptor y conservar una copia).

La información o los datos se comunican y reproducen fácilmente, pueden almacenarse y transmitirse a costes relativamente bajos dependiendo de la tecnología, sobre todo en soportes externos. Algunos tipos de conocimiento son más difíciles de transferir de una persona a otra: la habilidad personal de hacer algo tiene que almacenarse en un cerebro humano de capacidad escasa, y el aprendizaje suele precisar bastante tiempo y esfuerzo.

La enseñanza consiste en facultar a otro para realizar una determinada tarea, para prestar un servicio (y posiblemente de forma recursiva para enseñar a hacerlo). Los servicios se proporcionan por encargo, no se producen y almacenan esperando a alguien interesado; pero la generación de la capacidad de prestar esos servicios sí es acumulable. El alumno atesora valor en su propia persona (capital humano) al adquirir una determinada capacidad que le permite realizar servicios específicos que puede vender en el futuro (un médico que cura pacientes enfermos, un narrador que cuenta una historia).

De la información y el conocimiento no importan sólo la cantidad sino sobre todo el contenido concreto y su relevancia o interés para las personas. Es un bien específico, no general, con oferta y demanda variables y valor muy inestable: no puede funcionar bien como dinero.

En la realidad existen cosas, acciones (procesos), energía e información. Algunos servicios especiales podrían tener ciertas características monetarias en la medida en que con la tecnología existente sean acumulables, transferibles, homogéneos y cuantificables: provisión de energía (no del material del cual extraer energía, sino la energía misma en múltiples formas), capacidad de procesamiento o transmisión de información (derechos de uso de un procesador o transmisor).

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