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Actividad e investigación militar

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Lo militar es un ámbito especialmente importante y problemático de la investigación científica y la producción de tecnología. Las sociedades y los mercados libres funcionan y generan prosperidad y armonía, pero las agresiones colectivas a gran escala son posibles y es necesario invertir ciertos recursos para repelerlas. Un mundo sin enemigos es un ideal deseable, pero puede resultar letal creer ingenuamente que es cierto cuando no es real (desarme pacifista unilateral frente a agresores sin escrúpulos).

La unión hace la fuerza, pero la propia existencia de los estados colectivistas concebidos como monopolistas territoriales de la jurisdicción y la coacción incrementa las probabilidades de agresiones violentas a gran escala. Los gobernantes suelen recurrir a demonizar a colectivos extranjeros y presentarlos como enemigos para excusar sus sistemáticos fracasos domésticos. Las relaciones comerciales entre individuos de diferentes naciones, la apertura o difusión de barreras políticas y la flexibilidad de la organización social en libertad fomentan la paz.

En el mercado los consumidores premian o castigan a los productores a posteriori, cuando ya existen y están disponibles los bienes y servicios ofertados, y los procesos productivos pueden tener una extensión temporal muy larga. La función empresarial es esencial para intentar prever cuáles serán las preferencias futuras de los participantes en el mercado, anticiparse y realizar propuestas acordes a ellas.

El montaje de una estructura de capital es un proceso costoso y que lleva mucho tiempo, no es algo que suceda de forma instantánea en función de la aparición de una determinada demanda. Este desfase puede resultar fatal en ámbitos como la defensa: no se puede organizar un sistema militar eficiente de la nada cuando un ataque es inminente. En la actividad mercantil ordinaria el fracaso produce pérdidas monetarias que pueden suponer un problema más o menos grave y corregible o recuperable; respecto a la actividad militar el fracaso puede implicar la muerte (irreversible) o el sometimiento (quizás difícilmente superable). Un empresario que sufre pérdidas puede al menos haber aprendido y volver a intentar otros proyectos productivos; una persona o colectividad agredida incapaz de defenderse puede morir o arrepentirse demasiado tarde por no preocuparse adecuadamente de su seguridad.

La preparación militar adecuada en tiempo de paz puede servir como disuasión contra potenciales agresores (si quieres paz prepárate para la guerra), pero otros grupos pueden considerar (de forma correcta o incorrecta) la capacidad bélica ajena como una amenaza. Es importante demostrar la intencionalidad exclusivamente defensiva y legítima del uso de la fuerza por parte de individuos y grupos.

En los mercados libres y competitivos los precios coordinan las decisiones de grandes cantidades y tipos de participantes que adaptan sus acciones a las condiciones cambiantes. Los precios de mercado son plenamente informativos y coordinadores solamente si surgen de las interacciones voluntarias entre personas que contratan libremente y respetan los derechos de propiedad ajenos. Cuando hay muchos participantes más o menos iguales en un mercado los precios son poco sensibles a las decisiones de un actor concreto. Si existen pocos participantes (en el lado de la oferta o en el de la demanda) o algunos tienen mucho más poder que los demás, entonces los mercados son especialmente sensibles a sus decisiones. En algunos ámbitos sociales no existen precios de mercado libre que puedan guiar la actividad productiva.

Una persona realiza una decisión individual cuando elige por y para sí mismo en sus circunstancias particulares y según sus propios intereses, recibiendo directamente las consecuencias de su conducta. Es posible delegar una decisión a otra persona, pero entonces surgen problemas de interacción entre el principal y el agente (diferencias de conocimiento e incentivos). En algunos grupos unos pocos dirigentes o representantes deciden en nombre de muchos miembros de la asociación.

Las relaciones sociales de intercambio pueden ser compraventas puntuales o asociaciones contractuales extendidas en el tiempo que integran, comprometen y restringen a las partes contratantes. Algunas asociaciones contractuales estables emplean jerarquías de mando como estructura de organización (una empresa, un ejército).

En el ámbito de la defensa estatal unos pocos políticos y asesores militares toman decisiones que afectan a todos sus ciudadanos utilizando grandes cantidades de recursos confiscados a los contribuyentes. El Estado es un monopsonio (único comprador) de recursos bélicos, especialmente cuando por razones estratégicas prohíbe a sus empresas la venta al extranjero. La actividad militar estatal implica planificación central y jerarquías de mando sobre soldados voluntarios o reclutados a la fuerza. El cálculo económico basado en la contabilidad monetaria se sustituye por el triunfo o la derrota en la guerra (o en procesos electorales en los cuales se dirimen de forma inseparable muchos otros asuntos).

Los políticos pueden intentar aferrarse al cargo e incrementar su poder en lugar de administrar el ámbito de lo colectivo. Los funcionarios militares no dependen de la satisfacción de los defendidos sino de la discreción política, y su lealtad o patriotismo no garantizan su eficiencia. Los productores industriales de material militar pueden transformarse en grupos de interés oligopólicos que fomenten el gasto bélico.

Parte de una estrategia competitiva exitosa (tanto en empresas como en ejércitos) es gestionar la información (y la desinformación), averiguando la estrategia de la competencia (espionaje) y ocultando la propia (secretos, confidencialidad) para aprovechar el elemento sorpresa y dificultar la respuesta del adversario o enemigo. Se produce un conflicto de difícil resolución entre las restricciones militares por seguridad y confidencialidad y la difusión libre necesaria para el avance científico. Las medidas de seguridad pueden ser necesarias pero probablemente serán exageradas o distorsionadas por las burocracias estatales obsesionadas con el cumplimiento de reglas para intentar justificar su existencia pese a su manifiesta ineficiencia o incompetencia.

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