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Economía anémica y sin músculo

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Si el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, sube este miércoles a la tribuna durante el debate sobre el estado de la región a decirnos que, como escribe en su blog, su estrategia política para salir de la crisis garantiza «un desarrollo futuro sólido, con una economíainteligente, sostenible, interconectada y diversificada», yo le recomendaría, al menos, más prudencia.

La economía inteligente no es otra que la del ahorro. Es fácil, señor presidente, cualquier persona se lo podría explicar: si alguien gasta menos de lo que produce, ahorra y está siendo inteligente. Sin embargo,si gasta más de lo que origina, se endeuda, de modo que no está actuando inteligentemente y su futuro no se puede calificar como sólido sino como incierto, frágil y muy probablemente ruinoso.

Pues bien, aunque usted y su gobierno no producen nada, sí gastan, mejor dicho, despilfarran el dinero que obtienen del contribuyente mediante abusivos impuestos, algunos de ellos vergonzosos, como el de donaciones y sucesiones. Según su presupuesto, este curso dilapidarán 6.357 millones de euros, casi 69 millones más que el año pasado, para mantener, entre otras cosas, muchas empresas públicas que están en quiebra, son ineficientes y ejercen una competencia desleal como Promotur, Gesplan, Gestur o el ente que su gobierno utiliza como medio propagandístico, la televisión pública canaria. Por ello, la economía que impone su gobierno dista mucho del calificativo de inteligente.

Por otro lado, en lugares donde el Gobierno obstaculiza la búsqueda de recursos energéticos baratos, impone la implantación de fuentes energéticas excesivamente caras e impide que los empresarios puedan coordinar continuamente las necesidades y planes cambiantes de las distintas personas de la sociedad mediante infinidad de trabas burocráticas y leyes coactivas, como la de Renovación y Modernización Turística, no hay orden ni economía sostenible, sino un desorden insostenible.

Además, la economía interconectada y diversificada se produce gracias al fenómeno de la división del trabajo que aparece en las sociedades libres. Sin embargo, el pueblo canario dista mucho de serlo, dado que usted y su Gobierno impiden el libre ejercicio de la función empresarial, pretenden prohibir, con políticas tachadas de xenófobas en otros lugares, que los foráneos puedan trabajar en las Islas y, entre otras cosas, realizan discursos peligrosos, que han sido utilizados en el pasado para eliminar la libertad, como el de que somos demasiados. Por estas razones, nuestra economía no es diversificada, sino homogénea, basada en la subvención y la única interconexión suele derivar en corrupción.

En conclusión, señor presidente, prudencia, pues sus políticas liberticidas han condenado a más de 370.000 canarios al paro, la pobreza se ha incrementado escandalosamente y nos ha llevado a una economía anémica y sin músculo.

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