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Energía y economía

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La energía es la capacidad de realizar trabajo, que es como se llama en física al producto de la fuerza y la distancia durante la que actúa. Puesto que los elementos básicos de la economía son el hombre (y la relación entre los hombres) y el mundo, las cualidades esenciales de éste, que estarán entre los elementos de actuación de los hombres, tienen relevancia. La energía tiene relevancia para el hombre, porque le permite transformar el elemento natural y el que ya ha sido transformado por el hombre, para modelar porciones del mundo y ponerlos a su servicio. La energía permite desarrollar trabajo y el trabajo nos permite cambiar el mundo a nuestro deseo; ponerlo al servicio de nuestros anhelos.

Si observamos la historia humana de la energía, veremos que la principal fuente es siempre el sol, aunque el uso que hemos hecho de él ha cambiado con el tiempo. Aprovechamos la energía que captan las plantas, bien ingiriéndolas directamente, bien por medio de los animales que la ingieren. O incorporándolos a nuestra dieta o aprovechando su capacidad semoviente. Luego, el desarrollo de la agricultura es, en el fondo, una racionalización del uso de la energía solar. El músculo del hombre, inmediato pero pobre, fue su primera fuente de energía, a la que seguirá el fuego, la domesticación de los animales, y la agricultura.

Todavía le quedaban al hombre muchas fuentes por explotar. La madera es uno de ellos. No solo ganaba espacio al bosque para cultivar nuevas tierras, sino que explotaba el propio bosque, para transformar la madera en calor. Los siguientes pasos fueron el aprovechamiento de las corrientes de viento y agua. La invención de la máquina de vapor, en el XVIII, supuso un cambio cualitativo. Si "los romanos que vivían en época de Cristo hubieran entendido fácilmente la ciencia del siglo XVI", la invención de Watt lo hubiera hecho más complicado. El carbón multiplicó la capacidad del hombre de transformar la tierra y de comunicar personas y bienes para acercar aún más deseos y realizaciones. El petróleo y el gas, las otras dos fuentes importantes de hidrocarburos. El átomo es la última fuente puesta al servicio del hombre.

Por lo que se refiere a su producción, hay una tendencia notable, y es que la fuente tiene cada vez menos peso, y resulta crecientemente importante el elemento del capital o de red, para su producción y distribución. Por lo que se refiere al uso, hay que tener en cuenta dos ideas. Por un lado, cada vez necesitamos una energía más "refinada", más moldeable para la realización de propósitos concretos cuando la necesitamos y en el momento en que surge esa necesidad. El mero calor pierde importancia relativa ante las microondas, la electricidad o el láser. Y por otro, a medida que el esfuerzo físico del hombre es cada vez menos importante, su cualidad más preciada, la creatividad, el pensamiento y el conocimiento, gana en valor. Y esto es así, porque los deseos del hombre, como los concibe, son cada vez más posibles gracias a la acumulación de capital, al avance de la tecnología, y a contar con más y "mejor" energía.

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