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La “broma” de Trump va muy en serio

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A estas alturas, Trump ya ha demostrado que va muy en serio. Tanto como que está a un paso apenas de la Casa Blanca.

Este 2016 pasará a la historia política de Estados Unidos por varias cosas. A saber, la primera ocasión en que una mujer –y ex primera dama para más inri- fue nominada a la presidencia del país por uno de los dos grandes partidos. Y hasta hace no tanto se dibujaba en el horizonte como la principal singularidad histórica. Hasta que llegó el fenómeno Trump.

Lo cierto es que Trump, hasta hace nada como quien dice, no era tomado demasiado en serio. En el verano de 2015 Jeb Bush se postulaba como el favorito para la candidatura republicana, mientras a lo largo del año pasado se fueron barajando nombres como especialmente el de Marco Rubio, uno de los preferidos del aparato republicano. Trump parecía flor de un día, con una actitud nada ‘presidenciable’ y un aparato republicano en tropa en contra, era cuestión de tiempo que Trump se desinflara a la hora de abrir las urnas en las primarias y caucus republicanos. Haber apostado por la victoria de Trump hace pocos meses era una apuesta de riesgo. Pero todos y cada uno de los pronósticos, analistas y expertos que así pensaron –y fueron casi la mayoría- se equivocaron. De medio a medio.

Hoy, con Hillary casi definitivamente alzada como la candidata demócrata a la Casa Blanca, puede decirse que ésta tiene en Trump la mejor baza para ganar. Pero lo inverso también es cierto: Hillary es una buena baza para Trump. Y es que ambos candidatos atesoran el dudoso récord de mayor impopularidad de dos candidatos a la Casa Blanca en décadas.

Y a la par que Trump ha ido desdiciendo a tantos analistas, su estimación de voto en las encuestas nacionales ha ido creciendo. Tanto que si hace no tantos meses Clinton tenía una más que sobrada ventaja, a día de hoy las encuestas muestran empate técnico. En las semanas en que más se han intensificado los calificativos de los medios hacia Trump de racista, xenófobo, megalómano, narcisista, y sus números pujan al alza, quizás lo cierto es que tales presuntos descalificativos –o alguno de ellos- son incluso vistos favorablemente por parte importante del electorado. Y lo más curioso de todo es que el propio Partido Republicano está maniobrando en contra de Trump, incluso promoviendo la abstención. Los Bush ya han dicho que no van a votar en las presidenciales. Pero incluso esa estrategia proviniendo de esas esferas del establishment puede estar jugando muy a favor de Trump.

Trump, lejos de simplemente espolear sentimientos muy conservadores contra la inmigración, apela a ideas y emociones progresistas como el proteccionismo y nacionalismo económicos y su trabajado perfil de antipolítica tradicional (anticasta, diríamos en España).

En la era del antiestablishment, los outsiders y la ‘nueva política’ (al menos de rostro) –recientemente hemos asistido al desplome del sistema de partidos tradicional en Austria con un casi empate entre ecologistas y ultraderechistas-, Hillary tiene todas las de perder. Y la brusquedad e incluso la brutalidad de Trump que tantos odian y repudian no sin sensatez es un caldo de cultivo del éxito en esta nueva época que desprecia las estructuras políticas constituidas hasta ahora. Esa gente quiere a un Trump sin filtros, sin censuras. Puede ser un rematado imbécil, pero es –o al menos lo aparenta, que es lo que cuenta- ser un imbécil que dice lo que realmente piensa.

A estas alturas, Trump ya ha demostrado que va muy en serio. Tanto como que está a un paso apenas de la Casa Blanca. El error es pensar que Trump es la solución al imperialista Gran Hermano de Hillary. Como tampoco ésta es la solución a la megalomanía trumpiana.

El problema con la neopolítica es que sólo cambia estéticamente. Si hasta ahora había que salir de Matrix, ahora hay que salir de neo-Matrix.

4 Comentarios

  1. ¿Estás seguro de que Hillary
    ¿Estás seguro de que Hillary es una mujer? Yo creo que es un lagarto. Trump me recuerda a una medusa, pero parece mucho más humano. Tiene mejores maquilladores y cirujanos.
    Yo soy anti-anti-trump, como Justin Raimondo. Lo mejor de todo esto es que Trump ha logrado poner en el mismo lado a socialistas, neocones, muchos libertarios y randianos, ateos, cristianos, cientifistas, artistas y demás mequetrefes, y en la otra esquina a todos los rednecks aficionados a la lucha libre y a buena parte de los antivacunas. En cambio, los libertarios rothbardianos y hoppeanos están efusivamente a favor de Trump. Es fascinante. Mi gurú político es Willie Nelson. Ese sí que sabe lo que es la sociedad americana. Y a él no le importa que gobierne Trump. Todas estas quejas y rubores sobre Trump son pura carcundia fachosa n-dimensional. No se atreven a confesar que este tipo es el verdadero heredero de Reagan. Este es el verdadero defensor del statu quo y de la grandeza militar americana. Un verdadero rival para Putin.

    A mí me llama la atención la biografía de Hillary. Empezó su carrera política en la campaña de Barry Goldwater. A este gran ideólogo enemigo de los Rockefeller, Johnson le ganó las elecciones presidenciales hace cincuenta y dos años con aquel anuncio de la niñita, la margarita y la bomba atómica. Trump no es un ideólogo, pero ¿y si Hillary lograra ganarle a Trump con un anuncio así? ¿Qué es lo que más temen los americanos hoy? Tengo la bola de cristal empañada y no veo un pijo… espera, me aprece un dragón colorao echando fuego ¿Sería posible que el Estado chino, gran acreedor del Estado americano, entrara en campaña en contra de Trump?

    https://www.youtube.com/watch?v=fbIfVEboAzg

    Goldwater es anatema porque quería vetar la Civil Rights Act de 1964 que tanto revuelo armó por lo de la segregación. La oposición de Goldwater era puramente libertaria. Es un tema muy interesante. Cuando lo estuve estudiando descubrí a Karl Hess, anarquista al que le fue prohibido usar dinero ¡Qué distinción tan honorable! Only in America.

    https://en.wikipedia.org/wiki/Civil_Rights_Act_of_1964

    Hablando de amigos de la segregación: se vuelve a especular (por cuarta vez) que Mitt Romney podría ser el campeón neocón elegido para derrocar a Trump.

    ¡Qué divertida es la política yankee! ¡El mayor espectáculo del mundo!

  2. Tras ocho años de reinado de
    Tras ocho años de reinado de la política socialdemócrata y sentimental de la singularidad histórica por excelencia, el electorado ha de optar por socialdemocracia sistematizada versus sentimentalismo desde las tripas. Hilaria y Donaldo desmerecen en una comparativa histórica, pero en la comparativa con lo actual están en el estándar.

  3. “…una mujer –y ex primera
    “…una mujer –y ex primera dama para más inri-…“ Hombre, hay mejores maneras de decir las cosas, porque no creo que don Adolfo considere un desdoro la condición femenina. Hubiera quedado mejor algo así: “con el inri de ser ex primera dama”

    • ¿Pero de qué mujer estamos
      ¿Pero de qué mujer estamos hablando? Es razonable pensar que grandes sectores del electorado americano pueden tener muchos reparos en tener como presidente (y Commander in Chief) a una mujer. Pero la Clinton no es una mujer normal:
      – su hija no es hija de su marido, sino del alcalde de Little Rock
      – su marido es un mujeriego de siete suelas y es muy sospechoso que no se hayan divorciado
      – esta mujer ha sido Secretaria de Estado y es muy posible que fuera negligente (o algo peor) en el ejercicio de su cargo, en el caso del asesinato del embajador Stevens en Libia el once de septiembre de 2012
      – esta mujer ya estaría en una prisión de máxima seguridad y en aislamiento por el escándalo de los emails, pero es la esposa de un Presidente y no hay juez que se atreva a cruzar esa línea
      – esta mujer tiene una ambición que deja pequeña a la de Ruiz Gallardón
      – esta mujer pretende nacionalizar por decreto todo el sistema de salud
      – esta mujer quiere que aumente el granero de votos de los negros que viven amorrados al Estado, para lo cual hay que revertir el proceso de legalización de la marihuana, pues en el momento en el que deje de ser delito, los hombres negros dejarán de estar en la cárcel y las mujeres negras ya no tendrán que seguir casadas con el Estado (así de cruel y retorcida es la realpolitik)

      Es decir, que los reparos de los machistas están completamente infundados: no es una boba que quiere acabar con la guerra y que ningún niño muera de hambre; no es una persona inculta, inocente y humilde, de la que se podrían aprovechar todos los líderes extranjeros, y de la que los militares americanos desconfiarían; no es una recién llegada a la política. Esta mujer sabe perfectamente cómo funciona el complejo militar-industrial y la banca. Esta mujer es un monstruo político tremendamente peligroso para la gente de a pie. El machismo no es ningún problema para ella. Ella es un macho alfa, porque todos los grandes líderes políticos son enloquecidos gorilas llenos de fuerza y sin ninguna prudencia ni freno moral, dispuestos a aplastar a millones de inocentes para aumentar su grandeza. Y lo peor es que tiene ayudantes más inteligentes que ella. Pensar que esta mujer es peligrosa por su sexo es un gran error. Es peligrosa por sus habilidades, por su conocimiento y por sus contactos. Si fuera un hombre todos entenderían el riesgo, pero es mujer y la subestiman.

      Por si no ha quedado claro: ¡Viva Trump y viva Bernie Sanders!

      Solo tiene una cosa buena. Su presidencia sería tan exageradamente tiránica que todos los argumentos liberales brillarían con más fuerza que nunca. Quizás sea lo que haga falta para que la gente los vea.


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