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La enseñanza sin Estado

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La enseñanza estatalizada es ineficiente, más cara y con peores resultados que la enseñanza privada.

La enseñanza, la escuela, la formación personal, cultural y profesional es el bien de mayor valor que puede poseer una persona y es el bien que más enriquece a la sociedad. Por encima del capital industrial y de los bienes materiales está el capital humano y los conocimientos que permiten mantener esas infraestructuras físicas y esos sistemas productivos que nos permiten sobrevivir y prosperar, crecer e innovar. Así como la acumulación de capital es el mecanismo que permite pasar de una economía de subsistencia a una de riqueza, productividad y abundancia, la acumulación de capital intelectual y humano es la parte más importante, la auténtica condición indispensable de ese progreso. Crecer como personas, aprender, descubrir… no sólo es la clave del progreso material sino también del progreso emocional. La educación en su sentido más amplio es la base de la felicidad.

Es precisamente por ser lo más importante, lo más indispensable y necesario para la sociedad que necesitamos una separación estricta y radical entre la enseñanza y el Estado.

La enseñanza pública, en el sentido de un sistema escolar centralizado y dirigido a nivel nacional por órganos burocráticos, es un invento nefasto con muy buena prensa. Esa buena prensa no es accidental, al fin y al cabo la propaganda más efectiva es la que se transmite en las escuelas desde la más tierna infancia, como bien han sabido entender los más sanguinarios tiranos de la historia y todo sociópata con ansias de poder.

Hoy es difícil encontrar una universidad, escuela o incluso libro de historia que nos cuente los orígenes del invento sin vestirlo de propaganda y buenismo, pero sus fundadores eran refrescantemente sinceros y claros en sus motivos. Otto von Bismarck al instituir el primer sistema nacional de escuela pública durante su famoso Kulturkampf lo expresó sin ambages: “Dadme a vuestros hijos para educarlos y los convertiré en soldados”. Hitler fué más allá: “Dadme a vuestros hijos una generación y dominaré el mundo”. En Francia los cimientos de l’école républicaine se irguieron en la Revolución sobre la destrucción del ya existente sistema de enseñanza privado, confiscando y nacionalizando.. ¿Y para qué? Su primer uso masivo fué el mismo que en Alemania: enseñar disciplina y obediencia a una generación que serviría de carne de cañón en los ejércitos de Napoleón.

Pero ¿acaso ese vicio de origen deslegitima al actual y evolucionado sistema de enseñanza público? No. No es el vicio de origen ni son los nefastos propósitos de sus fundadores. Lo que marca la maldad de la planificación centralizada de la enseñanza es que sigue cumpliendo la misma función que entonces: adoctrinar, homogeneizar y “formar” a la ciudadanía en los valores que los gobernantes del momento consideren más adecuados. Es un órgano de propaganda y siempre lo será. No existe ninguna otra función que pueda cumplir un sistema educativo planificado centralmente y que no pueda cumplir un sistema educativo descentralizado y voluntario.

Sí, la enseñanza estatalizada es ineficiente, más cara y con peores resultados que la enseñanza privada. Sí, la enseñanza estatalizada es rígida y sofoca la innovación y la experimentación hasta el punto de que sigue anclada en el calendario decimonónico de las cosechas. Sí, la enseñanza estatalizada es el hueso por el que se pelean rabiosamente los políticos y grupos de interés con el idioma, la religión o cualquier otra excusa.

Pero todo esto es secundario y no es más que un síntoma de que es una institución diseñada para adoctrinar y moldear a la siguiente generación al gusto de esos dictadores, funcionarios o políticos que tanto luchan por controlarla. Lo grave no es que la enseñanza estatalizada merme la calidad. Lo grave es que mata la libertad. Está diseñada para matar la libertad.

Por suerte hay grandes profesionales de la enseñanza que a pesar del sistema consiguen desde dentro fomentar el pensamiento crítico. Por suerte la mente humana se resiste al adoctrinamiento y la servidumbre hasta en los campos de concentración. Por suerte hay un mundo real fuera de las cárceles y colegios en el que los niños pueden descubrir que los libros oficiales no siempre dicen la verdad. Pero todo esto sucede a pesar del sistema y en contra de su estructura diseñada con un claro propósito. Y no debemos olvidar, en los suaves tiempos que corren, cuantos colegiales han aprendido en escuelas públicas a creer en el “dulce et decorum est pro patria mori” y en odiar a Eurasia o adorar a Gran Hermano. O cuantos siguen aprendiendo a odiar a los que son distintos y a justificar la discriminación y la injusticia, siempre que sean injusticias sancionadas por el glorioso líder.

La buena noticia es que, como dice Vernor Vinge, “las personas técnicas no son buenos esclavos. Sin su colaboración sincera las cosas dejan de funcionar”. Cuanto más avanza en conocimiento y complejidad nuestra civilización, más difícil es dominar a las personas. Por otro lado, cuanto más difícil es dominar a las personas, más importante se torna para los tiranos adoctrinar al pueblo para que colabore voluntariamente.

Étienne de la Boétie, el amigo listo de Montaigne, en su “Discurso sobre la Servidumbre Voluntaria” lo explicó bien. Los tiranos y sus esbirros son necesariamente una minoría y por tanto no pueden imponerse a la mayoría por la fuerza durante mucho tiempo. Sólo pueden perdurar conquistando los corazones, o al menos consiguiendo la tolerancia y apatía de la mayoría. Es en esta última labor en la que el Ministerio de la Verdad de Orwell se torna imprescindible. Sólo mediante una enorme labor de propaganda se consigue que el Pueblo tenga una doble vara de medir por la que las atrocidades cometidas por los gobernantes están justificadas y para el gobierno el fín justifica los medios, mientras que no es así para la ciudadanía. Sólo inculcando obediencia y paternalismo desde el kindergarten Prusiano se consigue que se acepte una moral para los cerdos y otra para el resto de los animales de granja.

Es inevitable responder a la eterna objeción que surge cada vez que se trata este tema: “Sin escuela pública los pobres no aprenderían a leer y escribir”. Es radicalmente falso, tanto históricamente como en la actualidad. Inglaterra, EEUU y Alemania, por poner sólo tres ejemplos, lograron un 95% de alfabetización antes de la institución de la enseñanza pública obligatoria y muchísimo antes de la nacionalización y planificación central de la enseñanza. Las familias más pobres del mundo hoy en los arrabales de Ghana y los slums de Calcutta, personas que viven con menos de $1 al día, sacrifican el comer carne una vez al mes para poder enviar a sus hijos a escuelas privadas, como narra James Tooley en su maravilloso libro “The Beautiful Tree: How the world’s poorest people are educating themselves”. En Africa escuelas privadas como las Omega Schools cobran $0,65 al día a sus alumnos y ofrecen becas al 20% del alumnado que no puede pagar ni eso.

Pero es que pensar que hay alguna propiedad milagrosa por la cual un gobierno con los recursos de gente pobre va a poder contratar profesores mejor de lo que esa misma gente pobre podrá hacerlo ellos mismos sin intermediarios es pecar de pensamiento mágico, creer en una mitología del Estado omnipotente que resulta absurda para cualquiera que conozca a los dirigentes de ese Estado. Es la misma falacia de las carreteras…

¿Sin el Estado quién construiría las carreteras?

¿Acaso hace falta ser funcionario para conducir una excavadora? ¿El asfalto se seca mejor si lo bendice un político? ¿Los túneles se abren solos en las montañas ante la autoridad ministerial?

La realidad es que se han estado construyendo carreteras y se ha estado enseñando a leer y a escribir desde siglos antes de la idea del moderno Estado Nación. La enseñanza nacionalizada no ha llevado a más difusión de la enseñanza de la que ha habido en su ausencia, con escuelas privadas, escuelas públicas dirigidas por gobiernos locales, asociaciones de padres, fundaciones, instituciones religiosas o enseñanza en el hogar. Ni para los ricos, ni para los pobres es mejor, ceteris paribus, lo que puede ofrecer un monopolio del Estado que lo que puede ofrecer el mercado. Pudiendo escoger escuela y pagarla sin pasar por intermediarios es muy difícil que consigas un peor trato que el que conseguirás dándole tu dinero a un político para que contrate el por tí a los profesores.

Eso sí… a lo mejor prescindiendo del intermediario político, tus hijos reciben una dosis algo menor de propaganda. Ya se llame “formación del espíritu nacional”, “educación para la ciudadanía” o la etiqueta que se ponga de moda en el siglo veintitrés.

En cuanto a este último punto no faltan nunca personas que defienden la enseñanza estatalizada precisamente por ese motivo: quieren imponer sus criterios nacionalistas, religiosos, morales, ideológicos, colectivistas… al resto de la población. Creen que tienen el derecho a decidir cómo deben formarse los hijos del resto (pagado además con su propio dinero), desde la perspectiva paternalista de “el pueblo es ignorante y necesita la sabiduría y dirección de sus superiores”. A todos esos que piensan así, les aconsejo que se cuiden de las consecuencias no deseadas de justificar la tiranía de la mayoría (o tecnocracia), pensando que ellos son esa mayoría (o clase dirigente). Algún día se encontrarán con que el mundo ha cambiado y ahora son ellos la minoría, los súbditos indefensos.

Más vale defender la libertad de todos y defender el derecho de todos a elegir. A cambio puedes pedirle al resto de la sociedad que respete tu libertad y tus derechos. Eso sí es un verdadero contrato social y no la estafa de Rousseau.

 

10 Comentarios

  1. Muy bueno….
    Muy bueno….

    Nada que objetar.

  2. Sustitúyase “defensa” o
    Sustitúyase “defensa” o cualquier otro mal servicio estatal en lugar de “enseñanza” y las conclusiones serán necesariamente las mismas.

  3. BASTIAT, os invito a ver esto
    BASTIAT, os invito a ver esto:

    https://youtu.be/56LaDsm-yjo

    https://www.amazon.es/Rubio-01-Caligraf%C3%ADa-Escolar/dp/8485109147/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1489486825&sr=8-1&keywords=Cuadernos+Rubio

    LOL

    Y es que después de ver esto, comprenderéis que no se trata más que de una estratagema para intentar justificar lo injustificable.
    Mucha gente que estudia algo de educación (o sanidad) luego tiene que opositar si quiere ejercer tal oficio porque en el sector privado no hay centros.
    ¿Alguien se ha preguntado alguna vez por qué no dejan construir más centros sanitarios y colegios privados para que puedan surgir «low cost» también?

    Lo que es obvio es que vía impuestos se puede recaudar dinero más fácilmente y más rápidamente. Esta es la excusa fetén que tienen para legitimar sus obras megalómanas.
    Claro que, así, cualquiera lo consigue.
    Si es para redistribuir la riqueza y solucionar la pobreza, ¿porqué no dejan a una ONG por ejemplo cobrar tributos?

    Ahí es donde se les trabaría la lengua o se les lenguaría la traba.

    …Si hay necesidad o deseo sin satisfacer, hay pobreza…

    • Faked… sin ver el vídeo lo
      Faked… sin ver el vídeo lo que tenemos que tener claro es que en asunto de las labores del Estado prima más la propaganda que la realidad. Pero la propaganda triunfa porque hay caldo de cultivo. Y no. No es porque exista una educación que así nos lo imponga sino por el deseo de una gran masa de la población por verse protegida por un lado y por desear que sus problemas se los solucionen otros…

      Y es propagando.

      Lo que hay que lograr es que la gente poco a poco cambie de opinión. Y, desde luego, partiendo de la criminalización del Estado como hacen los Ancaps no parece que funcione mucho.

  4. BASTIAT, así es, el problema
    BASTIAT, así es, el problema es que la propaganda, la teatrocracia… forman parte de la realidad también.
    Si la gente no quiere cambiar, no va a cambiar, te lo digo por experiencia personal de un asunto que tengo en la familia. No quiero sonar pesimista pero si la gente vive de ello literalmente nunca va a ver al hiperestado como algo nocivo; para ellos sería más nocivo incluso un microestado ya que no podrían vivir de él de la misma manera.
    No hay más que ver como los que se llamarían antisistema son capaces de quemar antes fotos de monarcas que de parlamentarios cuando son muchos más. Chaladuras.
    Eso ya te lo explica todo.

    Los Ancaps (yo en el fondo no me considero tal porque creo que la gente no sería capaz de predicar con el ejemplo de esto) simplemente exponen su opinión; utópica y radical pero no deja de ser algo inofensivo a mi juicio por muy estrambótico que pueda sonar.

    • Por supuesto Faked. Pero es
      Por supuesto Faked. Pero es que no es que sea teatral, fruto de la propaganda… es que es la realidad.

      Para que un grupo humano se considere como tal tiene que tener valores, símbolos, estructuras que los identifique y con los que se identifiquen. Negar eso es negar la realidad del hecho social. Y es ahí dónde el Ancap fracasa estrepitosamente. Su incomprensión de la realidad, actual la realidad histórica y la evolución social a lo largo de los siglos.

      Es por eso que todo Ancap fracasa en explicar su ideario, que cualquier ideario es tan legítimo como cualquier otro, tampoco estaría mal que aprendieran eso, y tambien fracasan en comprender el porqué la Ancapía no ha triunfado…. Claro, que si hicieran ese ejercicio intelectual lo mismo dejaban de ser Ancaps como nos ha pasado a mas de uno….

      Y luego está la realidad de que le Estado sirve a mucha gente… Y que esa realidad, ese cocimiento por parte de los constructivistas sociales lo usan en ahondar mas en la aceptación del Estado como parte fundamental de sus vidas, la de todos, y así justificar el expolio día tras día.

      Claro. Por eso hay que ser mas inteligentes que ellos en esa batalla… No se puede negar al estado sin mas, sino que hay que negar al estado desde sus fracasos, no desde sus proclamados y anunciados logros….

      Si que puedo decir que, como Bastiat, lo que se ve es innegable pero lo que no se ve es la realidad de la nefasta acción del Estado… ¿Si no se ve cómo lo demuestro, cómo lo explico, como lo vendo?

      Perder el tiempo en rencillas internas para ver quién es mas liberal…. es la mejor manera de emular a los conejos entre si son galgos o podencos.

    • BASTIAT, eso no puede
      BASTIAT, eso no puede triunfar si la gente no quiere que triunfe. ¿Porqué crees que a lo largo de la historia ha habido incluso genocidios por ideologías?

      Es que si la realidad tiene un componente teatral, la verdad es complicado que surja. El teatro es un espectáculo, pero todo lo que hay en la realidad no lo es ni debe serlo.

      Aquí no se trata de capacidad intelectual sino de capacidad de persuasión y lo cierto es que no se tiene tanta frente al concepto de «Estado de Bienestar» o Estado redistributivo a pesar de sus fracasos.
      Eso sí hay que reconocerlo.

    • No de capacidad intelectual,
      No de capacidad intelectual, sino de inteligencia.

      Y como se ha demostrado aquí, el no darse cuenta de cuales son las condiciones del campo de batalla sino en pensar en cosas mas allá de la realidad es la principal lacra que tenemos para lograr desenmascarar al «mal llamado Estado de Bienestar».

      El Estado de Bienestar es insostenible en el momento en el que alcanza determinado tamaño. Cuando los populismos, en este caso de izquierdas, quieren hacerlo aún as grande…. pues ála… llevémosle a la bancarrota…. pero para lograr salir de él hay que lograr atar bien atado los derechos individuales, la igualdad ante la ley y limitar correctamente la capacidad del Estado, del gobierno de turno, de imponer su ideología y limitar las libertades.

      ¿Qué estamos haciendo para lograr algo de ello?

      Si, estamos planificando la defensa nacional a través de empresas sólo imaginadas por unos cuantos despistados de la vida mientras nos están comiendo la tostada cuando aún no nos la hemos llevado a la boca.

    • BASTIAT, es capacidad de
      BASTIAT, es capacidad de persuasión y lo sabes. Por mucho que eso de las empresas de seguridad sea difícil de llevar a la práctica eso no justifica que la gente siempre esté hablando que el Estado es necesario y cuanto más mejor y que la gente no se relacionaria sin este. Qué curioso, lo hacen microorganismos y la gente no puede, vaya.
      Es un poco cansino ya el hablar de pobreza, desigualdad… supongo que estarás conmigo en esto.
      Al final es que te hacen hasta sentir mal o culpable por vivir simplemente.
      Yo sé que es jodido no gustar y quizás haya que hacer un discurso socialdemócrata para hacerlo cuando hay tanta gente así pero es lo que tiene defender unas ideas.
      ¿Señal costosa?

  5. Ya, ya. Y del cheque escolar,
    Ya, ya. Y del cheque escolar, ¿qué? ¿A favor o en contra? Recordemos que el que paga, manda. Son muchos los casos históricos de hombres y mujeres terriblemente incultos y analfabetos que vivieron felizmente y se ganaron la vida bien. Y también hay multitud de casos de, especialmente hoy en día, de gente muy formada que no es capaz de ganarse la vida y padece mucha infelicidad en su vida, seguramente ambas cosas causadas por un exceso de «formación». Falsos lugares comunes estos de la felicidad y la educación. La felicidad depende únicamente de la actitud. Este concepto es místico y completamente ajeno al pensamiento científico, de forma que todos los racioalistas y empiristas coinciden en afirmar que la felicidad no existe. A pesar de que la tienen delante de sus narices. Y dicen esa patochada porque se niegan a manejar esa otra parte de la realidad que no es objetivable. Místico es todo aquello que la gente conoce intuitivamente pero prefiere ignorar. Esta ignorancia voluntaria, una forma de esclavitud, nos despista mucho de las cosas más importantes de la vida. Por ejemplo, conocer nuestros propios límites. No es que el que está educado se conozca a sí mismo, sino que el que se conoce a sí mismo está educado. Como dice Peterson, hay que matar al dragón que llevamos dentro. Entonces somos realmente civilizados y podemos ponernos a aprender verdaderamente la realidad exterior. Por todo ello, hay que dejar de hablar de enseñanza, formación, educación, valores, capital humano, capital intelectual, y pasar a hablar de lo realmente importante y trascendental: aprendizaje. Los niños aprenden solos, si no se les molesta. Si se les impide aprender, por ejemplo obligándoles a recibir «enseñanzas», suelen acabar tan confundidos que no llegan a ser adultos responsables. Hay que quitar obstáculos, no «reformar el sistema». Una vez que los niños aprenden qué son, entonces pueden empezar a recibir enseñanza. Es más, ellos la exigirán como un polluelo exige insistentemente que le llenen el buche. Háganme caso, dejen a sus hijos tranquilos hasta que cumplan los siete u ocho años de edad, y procuren darles buen ejemplo todo ese tiempo, y ellos naturalmente empezarán a sacar a la luz todo su potencial. A la socialista educación desde los cero años deberíamos llamarla por su nombre: destrucción sistemática del individuo. Y a los jardines de infancia y guarderías deberíamos llamarlo como lo que son: mataderos.


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