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La falacia de la imposición del hiyab

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Hay dos situaciones en la que llevar el velo no conlleva coacción.

Hace ya dos años que asistimos a una de las polémicas veraniegas más absurdas que recuerdo: la del burkini. Al parecer para cierta parte de la población, y para algunas autoridades locales francesas, era inadmisible que las mujeres pudieran ir a la playa con un traje de baño de cuerpo entero.

Finalmente, después de unas fotografías bochornosas, se impuso el sentido común y se levantó la prohibición, pero parece que dos años después las falacias que rodean la vestimenta de algunas mujeres musulmanas en Occidente siguen extendiéndose entre la opinión pública.

Como muestra, los recientes comentarios en las redes sociales que ha suscitado la fotografía de una hincha iraní en uno de los partidos que dicha selección ha jugado en el mundial de Rusia. En la imagen se puede ver perfectamente que la mujer opta por un look occidental, pese a que en la fotografía de su acreditación aparece cubierta con un hiyab negro.

Al parecer para muchos esto es una prueba irrebatible de que cualquier mujer con libertad de elección no escogerá vestir un hiyab. Y, por tanto, si alguna mujer lo viste lo hace por estar coaccionada de algún modo.

Primero habría que tener claro que una fotografía aislada demuestra bastante poco, por ejemplo, también hay fotografías de hinchas iraníes que pese a disfrutar, presumiblemente, de la misma libertad aparecen vestidas con el hiyab. Pero aceptando la premisa de que una gran mayoría de mujeres iraníes prefieran looks occidentales una vez que salen del país, esto solo nos dice algo que ya sabemos: en Irán gobierna un régimen teocrático que obliga a las personas, especialmente a las mujeres, a cumplir con unos códigos de conducta muy rígidos. Este tipo de imposiciones, como es lógico, son rechazadas por una parte de la población, principalmente por la más joven y cosmopolita, aunque el rechazo puede nacer en cualquier individuo. Por lo tanto, es lógico y esperable que personas jóvenes, y con la capacidad económica de viajar a otro país para asistir a un mundial de fútbol, pasen a adoptar una vestimenta y conducta más acorde a sus preferencias individuales en el momento en que la imposición desaparece.

Hasta donde yo sé no existe ningún grupo social o político en occidente que defienda que en Irán existe libertad para vestir como se quiera, y que por tanto el hiyab es predominante porque refleja la voluntad de las iraníes para vestir libremente. Lo que sí existe son grupos feministas y fuerzas políticas que defienden que el uso del velo por parte de mujeres que viven en países occidentales es una muestra de su libertad para vestir como quieran, y que por tanto no deberían ser coaccionadas para no hacerlo.

Así que una vez descartado que las puyas políticas vayan dirigidas contra unos inexistentes defensores del régimen iraní, vamos a analizar qué razones llevan a una musulmana residente en países occidentales a vestir esta prenda.

Principalmente se dan tres situaciones:

Musulmanas que están integradas en comunidades donde la interpretación del islam obliga al uso del velo. Esto no significa que exista coacción para su uso. Como en todas las religiones, el uso de señales honestas costosas sirve para cohesionar a los grupos, y es lógico que comunidades minoritarias tiendan a hacer un mayor uso de ellas para aumentar su cohesión. Y cuenta más hostilidad perciban del resto de la sociedad más cohesionados necesitarán estar.

El segundo caso son mujeres que sí se ven coaccionadas a vestir esta prenda por su entorno cercano.

El tercer caso es similar al primero, pero en vez de buscar la integración en una comunidad musulmana lo que se busca es un nicho de mercado en grupos de izquierda. Ya sea por exhibir claramente su pertenencia a una religión minoritaria o, sobre todo, por adoptar un símbolo que saca a pasear los peores instintos de la derecha, adoptar el hiyab es una táctica, consciente o no, que puede resultar muy útil.

Por lo tanto, hay dos situaciones en la que llevar el velo no conlleva coacción, así que la obsesión de equiparar su uso a la falta de libertad de la mujer para decidir por sí misma no se sostiene y es demasiado simplista.

Y para los casos en los que sí existe esa coacción, al ser esta ejercida por el entorno cercano de la coaccionada, lo lógico pasaría por facilitar a la víctima su integración social, para que pueda acceder más fácilmente a los mecanismos que le permitirían denunciar su situación.

Por supuesto, como con cualquier tema complejo, con simple tolerancia no se va a resolver el problema, y se darán situaciones donde esta entra en conflicto con la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos, disparando la demagogia de la izquierda que avivara los prejuicios de la derecha, y viceversa.

Pero lo mínimo que podemos en hacer en ser intelectualmente honestos y dejar de mirar a otro lado cuando a nuestro alrededor se utilizan argumentos falaces día sí y día también sobre este tema.

8 Comentarios

  1. No creo que una mujer lleve
    No creo que una mujer lleve eso puesto por voluntad propia. Y más hoy en día que saben cada vez que se hacen un ‘selfie’ que son más atractivas y atraen a más hombres (por consecuencia lógica) vistiendo otras cosas.
    Lo cierto es que los hombres de occidente tenemos que agradecerle al islam toda esta fiebre feminista que han provocado en parte desde oriente medio.
    Hoy en día se adoctrina a la mujer haciéndole creer que el hombre tiene la culpa de que no haya conseguido lo mismo o qué sé yo.
    Un gran panorama para ligar.
    Bellezas brutales como Jessica Chastain (con la que me casaría al día siguiente de conocerla quizás) vistiendo camisetas con el lema: We should all be feminists.
    La nombro porque la vi hace poco en Instagram no por otra cosa.

    En definitiva, no basta con el respeto parece ser; o te afilias al colectivo LGTB o eres feminista o no te comes un colín.
    Bueno, al menos no con muchas mujeres (y guapas).

    Por suerte, yo soy hombre de una sola mujer.

    • No te obceques, que si no
      No te obceques, que si no ligas te aseguro yo que no es por eso. Aprende de los que sabemos

  2. Lo malo no es que la
    Lo malo no es que la imposición real de una prohibición de vestimenta se justifique falazmente mediante (una falacia más de tantas, si nos ponemos a desfacerlas no paramos en toda la tarde) una imposición supuesta. Lo malo es que alguien pretenda justificar cualquier imposición “liberalizadora”

  3. MARIO LUNA, seguro que tienes
    MARIO LUNA, seguro que tienes un manual para ligarte a esa mujer sin ser feminista. No lo pongo en duda.

  4. La mujer tiene que decidir
    La mujer tiene que decidir por sí misma. Pero si decide algo contrario a la sensibilidad socialdemócrata, entonces es que está loca y hay que empastillarla y quitarla de la película.

    El otro día via una mujer española vestida de mora radical, toda de negro, frente y oreja y cuello y tobillo, interpretando la Kaaba, quejándose de lo vago y hortera que era su marido marroquí (enchancletado, medio drogado y apestando como apestan los enemigos del jabón y el agua) y del mal ejemplo que le daba a su pequeñuelo, que correteaba feliz cual codorniz. Sé que era española por su cara, por su forma de abroncar, por las palabrotas que decía, por la perfecta dicción «ejpañola» absolutamente inconfundible, y por sus suspiros de rabia, indignación y pesimismo… y por su encantadora sonrisa tras el enésimo cambio de humor. Una españolaza de reglamento, obsesionada con caer bien a su suegra.

    ¿Qué pasa cuando las mujeres toman decisiones por sí mismas y descubren, pobrecillas, que se han equivocado? Pues opino que les ocurre lo mismo que nos pasa a los varones cuando tomamos decisiones y nos equivocamos: que nos amargamos y vamos buscando algún incauto a quien joder para desquitarnos de nuestra propia torpeza, la cual nos negamos a reconocer y nos llena de vergüenza.

    Estaría bien que alguien con «auctoritas» (no yo que solo tengo un máster en opinología episeccional por la URJC), empezara a explicar públicamente que las mujeres que, además de ser libres y responsables de sus decisiones y actos, no deben huir de sus errores ni negarlos. A la Mujer, el nuevo Atlas, le corresponde la obligación moral de dar buen ejemplo al Hombre, al cual, por desgracia, ya no se le permite ser ni hombre, ni niño, ni mujer, ni artista, ni aventurero, ni torero, ni inventor, ni trovador, ni santo ni demonio ni nada de nada, porque en esta sociedad posmoderna los hombres somos abortos no consumados y candidatos a reciclaje forzoso de órganos, todo Público y en aras del bien común ¡qué podría salir mal!

    Pensar hiperbólicamente es, en general, un error. Tremendamente peligorosos son los tiempos en los que el pensamiento hiperbólico empieza a converger con la realdiad. Entonces los que se esfuerzan en ser parsimoniosos acaban en el ridículo absoluto, pues no es posible ser moderado con el vicio y la mentira wholesale. Los que confían demasiado en sí mismos serán como la retama en el desierto, que verá cuándo viene la buena estación.

    Velo sí. Veleros, también.

    Masones al paredón. Dale al like.

    Se han acabado los eslóganes, envíen arroz por correo.

    Vivan San Fermín y San Valentín.

    Uno cero uno cero uno cero cero cero cero uno.

    Prohibido andar en porros mientras fumas bicicletas.

    Y no le contéis milongas a las policías, que luego caen Gobiernos «for the want of a nail».

    Doctor Parrilla, quien siembra sentido común cosecha hot dogs en Edmonton. Cuídese.

  5. La palabra libertad es usada
    La palabra libertad es usada como una coartada para casi todo. Una vez le pregunte a un croata que significaba la independencia de Croacia de la ex Jugoslavia ,su respuesta es que ahora son libres. Insistí queriendo un ejemplo practico de esa libertad,ya que resulta ahora su documentación solo le permite transitar sin cortapisas por un tercio de Yugoslavia, amigos y familiares habían quedado como extranjeros en Bosnia que les imponían las costumbres musulmanas y cerraban las Iglesias, ahora su nivel de vida se había reducido y la recuperación de su nuevo país se estaba produciendo lejos de lo que debería estar,ahora sus equipos deportivos habían conseguido muchos menos triunfos de la que una Yugoslavia unida,quizás dominando el baloncesto mundial etc. Es decir,no todos somos capaces de aprovechar de verdad la libertad que se nos ofrece,los errores en el plano animal llevan a estos a la muerte física,pensemos en un mono que se equivoca al saltar entre las ramas de los arboles ,al ciervo que atraviesa una carretera. No entendemos ,desde nuestra postura de libertad Occidental ,la libertad de una persona consista en no usarla ,el estar tapada en una ciudad como Madrid,tiene que suponer una incomodidad,como bañarse en el mar sin percibir sus saludables efectos. Libertad para que la quieren muchas personas,para vivir peor como el croata,para llegar a una neurosis.

  6. Claro,lo que no se entiende
    Claro,lo que no se entiende es que alguien se moleste en desplazarse para tomar baños de mar,y en lugar de disfrutar el Sol y la playa,la brisa saludable marina y ponernos en bañador en una hamaca,nos empeñemos en hacerlo con ropa,pensemos en nuestras bisabuelas que las pobrecillas acudían vestidas ,nosotros mismos que decidimos bañarnos en vaqueros. Es normal que esas costumbres no la entendamos,quizás los raros somos nosotros como da a entender el articulista desde su postura de izquierda recalcitrante?

  7. Que suplicio bañarme
    Que suplicio bañarme enfundada en un plástico en el Mediterráneo,ahora que las mujeres por fin ya han eliminado el corsé del siglo XIX y parte del XX,en donde las fotografías muestran a unas féminas que no se atreven a mostrarse en toda su belleza,tal como son . En aquellos tiempos los hombres aguardaban para a ver si un poco de viento descubre al menos los tobillos de las féminas,todo se tapaba,todo se escondía en un esfuerzo neurótico,enfermizo por esconder la naturaleza,el resultado es unos tíos obsesivos con el sexo y con la propiedad del cuerpo de las mujeres.


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