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La imposibilidad del socialismo en los evangelios

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Se puede ser liberal-libertario sin seguir a Jesús, pero no se puede seguir a Jesús sin ser liberal-libertario.

Circula por las redes un texto, ‘Tres razones por las cuales Jesús detesta el socialismo’, cuya autoría desconozco, que viene a abundar en una idea, la de que el cristianismo adquiere pleno sentido únicamente desde un liberalismo libertario, que han defendido en no pocas ocasiones profesores como Jesús Huerta de Soto y Miguel Anxo Bastos. Dicho de otra manera, según esta perspectiva, se puede ser liberal-libertario sin seguir a Jesús, pero no se puede seguir a Jesús sin ser liberal-libertario.

El texto señala que Jesús rechazó el socialismo porque hace de una virtud personal una imposición estatal. Jesús dijo: «Dadles vosotros de comer» (Lucas 9,13). Y con vosotros se refería a individuos, no al Estado y sus burócratas con su imposición manu militari de un sistema asistencialista. Jesús, en ese sentido, no se postuló para un cargo público, no creó un partido político, no organizó protestas o huelgas y no exigió al emperador o a los senadores que arrebataran sus bienes a los ricos para así alimentar a las masas hambrientas. El imperativo moral es hacia el individuo, libre de coacción gubernamental y a merced de su propia conciencia.

Jesús, continúa el texto referido, no fue un populista que dependía del voto y de los sentimientos de la plebe. Detestaba la democracia, una forma de tiranía de la mayoría que reduce los conceptos de derechos y verdades a los caprichos de las masas, cuyo fruto simbólico es Barrabás. A Jesús no le importaba lo que pensase la gente. No moldeaba su mensaje en función de los estados de opinión del momento. Él se proclamaba rey y únicamente concedía legitimidad a la ley inmutable de su Padre, que estipula claramente que:

  • No adorarás a nadie más que a Dios. Y ese nadie incluye al Estado, que, como la narrativa de la Torre de Babel nos ilustra, siempre intentará usurpar el trono de Dios.
  • No robarás. Esta exhortación, por deducción lógica, instituye el concepto de propiedad privada. Ningún fin justifica el robo, lo que implica una enmienda a la totalidad del socialismo, un sistema que en nombre de un fantasmagórico interés social nos despoja de lo que es nuestro.
  • No codiciarás los bienes ajenos. Nada desmantela más fuertemente el concepto del igualitarismo que tan profusamente promueve el socialismo que este precepto. Ese «no codiciarás» presupone que no hay que violentar a nadie para erradicar una natural desigualdad física, intelectual o material. No somos réplicas unos de otros, sino que cada ser humano es único y debe manifestarse libre de envidia.

Y como nos recuerda el texto, Jesús creía en la empresarialidad. Él mismo era carpintero de profesión y se rodeó (con la excepción del publicano arrepentido Mateo) de algunos hombres de negocios, que contaban con jornaleros y sabían cómo administrar capital. Y fue precisamente ese exceso de capital fruto del ahorro y el trabajo duro previos lo que permitió que Jesús y sus apóstoles se dedicaran a la transmisión del evangelio. En cambio, el redomado traidor Judas Iscariote, aparentando una falsa virtud, pretendió privar de su propiedad a una mujer que quería ungir a Jesús: «¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios y dado a los pobres?» (Juan 12, 5). A lo que Jesús respondió: «Dejadla tranquila. ¿Por qué la molestáis? Ella ha efectuado en mí una buena obra. A los pobres siempre los tendréis entre vosotros, y cuando queráis podréis hacer por ellos algo bueno. Pero a mí no siempre me tendéis» (Marcos 14, 7). Nótese que Jesús dice que «cuando queráis podréis hacer por ellos algo bueno», es decir, deja claro que la verdadera caridad no es impositiva, sino volitiva. 

Jesús, concluye el texto, rechazaba el socialismo y el populismo: era un verdadero libertario que murió clavado en una cruz como enemigo del Estado tras proclamar una verdad incómoda para el poder político.

 

8 Comentarios

  1. La pretendida exégesis
    La pretendida exégesis bíblica que hace el autor de este artículo no comprende el fundamento de las enseñanzas de Cristo en esta tierra: «dadle al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios». Si Cristo hubiese pretendido ser un líder político, no habría seguido el camino que siguió. Es más, incluso podemos hacer una hermenéutica bíblica de tal manera que lo que precisamente se muestre sea que Cristo es un comunista más (léase el episodio de Cristo expulsando a los mercaderes, sosteniendo que el rico será el último que entre en el Reino de los Cielos, etc.) pero no sería correcto, como no es correcto hacer la exégesis libertaria.
    Dejad a Cristo en paz, esperad alabando a la segunda venida, y, como decía Theodor Haecker acerca del problema del mal en el mundo, «prefiero callar en el abismo de mi ignorancia y adorar».

    • Como usted dice, nadie podría
      Como usted dice, nadie podría aportar un solo argumento correcto en favor de que Cristo fuera un comunista ni un asesino, pero de que no atacar al prójimo es condición necesaria de todo buen cristiano –aunque no suficiente- existen más que sobradas evidencias. Cosa que usted ni se molesta en intentar desmentir, más allá de tergiversar el cuidado de Cristo –típicamente libertario- en no ser confundido con un político.

      • ????????? en verdad cree en sus argumentos, asi es la democracia, pero leer a Cristo a la luz del liberalismo burguez o el conservadorismo medieval, nos lleva mas allá de lo brutal

  2. Impresionante. Felicitaciones
    Impresionante. Felicitaciones por el análisis!! Me encantó.

  3. Muy interesante reflexión.
    Muy interesante reflexión. Para algunos, Jesús de Nazaret fue uno de los primeros liberales. Sin embargo el profesor Escohotado señala al cristianismo comi germen del antiliberalismo al considerar que éste tenía muchas influencias esenias de Juan Bautista. Tema para el eterno debate

    • Este debate no tiene por qué
      Este debate no tiene por qué eternizarse, habida cuenta de la manifiesta debilidad de las posiciones que defienden el carácter antiliberal, es decir, agresivo, de la primigenia y original doctrina de Cristo

      Me parece que los esenios eran una secta que no forzaba a nadie a integrarse en ella ni pretendía dominar violentamente a los infieles, de manera que prima facie no se entiende muy bien la influencia antiliberal si la hubiera ni de qué modo se plasmó en la doctrina. Eso es amagar pero no dar.

      Como apunta el artículo, sobran argumentos en favor de que el cristianismo representó probablemente la primera escuela que preconizó más que entre líneas la absoluta inviolabilidad del ser humano –tesis libertaria por antonomasia- y para rebatirlo razonablemente hay que ser algo más convincente que limitarse a negarlo sin más o apoyarse en supuestas figuras de autoridad.

  4. Es un artículo interesante, no agota para nada un tema que hay que rastrear todo a lo largo de la Biblia. La posición política de la Biblia, es claramente, ¡la posición política de la Biblia! Siempre será inadecuado intentar meterla en las categorías que manejamos en la actualidad y que más bien nos ha «dado» el Enemigo para que hablemos. La Ley Mosaica aporta un equilibrio en este sentido (y recordemos que Jesús claramente indicó que no venía para anularla sino para cumplirla), poniendo límites entre el liberalismo absoluto y el socialismo propiamente dicho.


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