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La interpretación del BIS de la crisis económica

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La crisis que ha estallado en 2007 y que aún sufrimos encaja en lo que a grandes rasgos podemos llamar teoría austríaca del ciclo. La interpretación que hace de la misma el Banco de Pagos Internacionales o Bank of International Settlements (BIS) se acerca a la visión austríaca, en ocasiones hasta detalles sorprendentes.

El BIS ha tomado nota de la política laxa del crédito, y se remonta en su informe anual de 2007 a sus orígenes en 1997, con la crisis financiera asiática, 1998, con la crisis de Long-Term Capital Management, y la «repentina caída en los mercados de acciones en 2001». Esa política acomodaticia, con la explosión consiguiente en los niveles de deuda. Una vez ha estallado esa burbuja financiera, el pinchazo «revela asignaciones erróneas de los recursos y deficiencias estructurales que han sido enmascaradas temporalmente por el boom». El BIS, quizás por la atención a su función de coordinador de los bancos centrales, no se detiene a detallar en qué consisten esta asignación errónea de los recursos. Sí menciona en varias ocasiones que hay proyectos de inversión que parecían rentables con la abundancia artificial del crédito, y que ahora se muestran como erróneos. Pero no explica los procesos por los que pasa la estructura productiva, que es lo característico del ciclo económico austríaco.

La respuesta a la crisis, es decir, al estallido de la burbuja, ha sido profundizar en la política monetaria laxa. «Primero, rebajaron la política de tipos de interés a, esencialmente, cero». Y, en una segunda fase, «esos bancos centrales comenzaron a expandir sus balances, que en conjunto son ahora el triple que al comienzo de la crisis, y subiendo», dice en el informe anual de 2013. Pero esa respuesta tiene varios problemas. Uno de ellos, dice en el mismo año, es que «el dinero barato hace más fácil endeudarse que ahorrar, hace más fácil gastar que gravar, y hace más fácil quedarse quieto que cambiar las cosas». Es decir, que el ajuste en la economía privada es más lento, y ocurre lo mismo en el ámbito de la política.

El otro, como señala en el informe de 2014, es que «el riesgo es que, con el tiempo, la política monetaria pierde tracción, mientras que sus efectos secundarios proliferan». Ya dijo en 2012 que «Cualquier efecto positivo de los esfuerzos de los bancos centrales puede estar estrechándose, mientras que los efectos negativos están creciendo». Pero «deberían aprovechar cualquier oportunidad para elevar la presión sobre el desapalancamiento y el ajuste estructural por otros medios». En 2011 también había señalado que «la persistencia de tipos de interés muy bajos en las principales economías avanzadas retrasa el necesario ajuste en las balanzas de los hogares y las instituciones financieras», y «está magnificando el riesgo de que las distorsiones que aparecieron antes de la crisis, vuelvan. Si deseamos construir un futuro sostenible, nuestros intentos de amortiguar el golpe de la última crisis no debe mostrar las semillas de la siguiente crisis».

La creciente ineficacia de la política monetaria ha sido descrita, entre otros, por Ludwig von Mises. Pero hay una idea en el último informe que es uno de los hallazgos analíticos de Friedrich A. Hayek y que el BIS reconoce como esencialmente cierto: «Ahora se reconoce que la estabilidad de precios no garantiza la estabilidad financiera». Hayek describió en Precios y producción que una política monetaria podría favorecer la creación de créditos sin respaldo y dar lugar al ciclo económico, y ser compatible con una estabilidad de precios. Por lo que, sensu contrario, la búsqueda de la estabilidad de precios, como reconoce ahora el BIS, no asegura una protección contra los desequilibrios financieros.

Las ideas que muestra el BIS hacen referencia a la salud financiera de la economía, y sólo cuando habla a largo plazo hace menciones no muy detalladas a los efectos de la política monetaria sobre la estructura de la producción. Pero su análisis puramente financiero es compatible con la teoría austríaca del ciclo, y sus informes ofrecen un análisis limitado, pero bien encaminado.

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