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Leonardo Polo: filosofía y economía

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Este mes de febrero ha fallecido Leonardo Polo, un profesor de Filosofía en la Universidad de Navarra, seguramente no muy conocido en estos foros más económicos. Aunque se trata de una persona reputada en su campo (existen publicaciones y congresos que estudian el pensamiento poliano), la verdad es que no puedo hablarles con seguridad sobre los problemas metafísicos del ser y la esencia, o la profunda antropología que desarrolló en sus obras. Pero al menos les voy a copiar (en homenaje a mi compañero de columna, Paco Capella) las líneas que ha escrito una antigua alumna suya, Blanca Castilla, antes de referirme al título de este Comentario:

"Como a otros pensadores del siglo XX le preocupaba el formalismo en el que había derivado la Filosofía desde la tardía Escolástica. Lo cierto es que consiguió ir a la raíz del problema y, cuando en la década de los 60, algunos neotomistas re-descubren la piedra clave del pensamiento de Tomás de Aquino, la distinción esse-essentia, intuyó un método de acceso al SER. ¡Cuántas veces repitió que "una vaca pensada no da leche", o que "el yo pensado no piensa"!, rebatiendo idealismos y enseñando la importancia de abandonar el límite mental para llegar a la REALIDAD, al ámbito propio del SER…

… Estaba acometiendo la tarea de ampliar la ontología desarrollada por la Metafísica clásica, para poder pensar al ser Humano, que es distinto, de otro nivel decía, que el Cosmos, donde la Unidad es monolítica y el ser jerarquizado, y no da cabida a una la pluralidad de iguales, aunque sean irrepetibles. Y fue desarrollando una Antropología enraizada en el SER Personal, que por eso denominó Antropología Transcendental".

Hasta aquí mi excursus más filosófico. Porque de lo que pensaba hablarles es de un Seminario sobre Leonardo Polo: Filosofía y economía, al que justamente asistí el pasado mes de enero. El motivo era la presentación de un reciente libro del profesor Polo (con ese mismo título), que recoge diversas intervenciones o escritos suyos en relación a estos temas.

No pude quedarme hasta el final, y tampoco he podido comentar con otros ponentes el resultado de la Jornada. De manera que les voy a resumir mis impresiones en el rato que pasé con varios profesores universitarios, expertos en el pensamiento de este maestro que acaba de dejarnos. Sobre todo, voy a contarles la ponencia de Juan Fernando Sallés, también profesor de Filosofía en esa Universidad de Navarra, quien además prologa el libro del que hablamos, y que recoge (como se indica en la Introducción) catorce trabajos de Leonardo Polo sobre temas de economía y empresa: algunos ya publicados, otros inéditos o bien resultado de la transcripción de sus cursos y conferencias.

La obra (bien gruesa: casi quinientas páginas) se articula en torno a tres partes: "Bases antropológicas de la economía", "Sociedad y empresa" y "Ética y empresa". Siendo la primera la más extensa, con un largo e interesante trabajo sobre el "Esquema de la evolución de las organizaciones en la Edad Moderna". Se trata de un recorrido histórico desde los finales de la Edad Media hasta el siglo XX; pero no es una simple descripción de historia económica: contiene reflexiones más profundas como ésta que les transcribo: "Hay que subordinar la organización del espacio -tema del interés- a la del tiempo. La clave de la organización temporal radica en el perfeccionamiento intrínseco humano" (p. 17). Y continúa: "La libertad personal humana organiza el tiempo, organización más difícil que la del espacio, porque organizar el espacio es organizar los medios, pero organizar el tiempo es ordenar la propia vida en orden al fin personal" (p. 19).

En este mismo apartado encontramos otros capítulos muy interesantes como "La libertad humana y la organización de sus ámbitos", "Tener, dar, esperar" y "Los radicales humanos en la economía". Este último, un tema muy característico del discurso poliano, al que se refirieron varios profesores en la Jornada que comentamos: Leonardo Polo habla como de tres grandes momentos en la orientación de la vida humana. La época clásica, con su descubrimiento de que el hombre es un ser con una naturaleza racional, algo que está en los orígenes de nuestra cultura. El radical cristiano, que añade el descubrimiento de algo más importante, que el hombre es un ser personal (ser persona es lo más digno, más que ser animal racional). Y un tercer momento, la modernidad: cuando el hombre descubre que puede progresar construyendo, produciendo; pero este radical sólo, como se basa en que el hombre sin los resultados de su acción no es nada, establece una descompensación según la cual el hombre se subordina a sus obras.

Me salto la Segunda Parte y concluyo con "Ética y empresa". Aquí se abordan cuestiones tan relevantes como "El mando", "La acción de gobierno", "La ética y las virtudes del empresario" o "El valor de la veracidad como condición de la actividad empresarial". Verán que se trata de asuntos de plena actualidad, aunque por desgracia poco valorados, debido al progresivo deterioro moral de nuestra sociedad. Y en torno a ellos, el profesor Sellés proponía nueve consejos a los directivos: respetar la persona (y su intimidad); hacer equipo; buscar y formar a tus sucesores; mejorar la propia formación (el estudio); cultivar las virtudes importantes (aquí engarzaba las cuatro clásicas -prudencia, justicia, fortaleza y templanza- con la veracidad y la responsabilidad); tener objetivos realizables; la acción: fin del conocimiento; considerar el dinero como un trabajo en potencia y, por último, servir al bien común.

En fin, todo un reto para estos tiempos de crisis. Vaya aquí mi recuerdo al profesor Leonardo Polo.

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