Skip to content

Venezuela como país de riesgo político máximo para invertir

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

Para la elección del país en que expandirse internacionalmente es conveniente la evaluación de tres factores: beneficios, riesgos y costes.

Las empresas han descubierto durante esta crisis financiera global que deben internacionalizarse. Existen imperativos internacionales y domésticos que impulsan a las empresas a tener una estrategia internacional.

Primero, el fuerte potencial de crecimiento especialmente en los mercados emergentes debido a las crecientes rentas disponibles de sus habitantes. Segundo, la existencia de competidores globales que pueden capturar economías de escala e incrementar drásticamente su competitividad. Tercero, la necesidad de proteger los mercados actuales y de entrar en nuevos mercados antes que los competidores globales. Cuarto, capturar economías de escala y economías de gama. Quinto, el decreciente potencial de crecimiento doméstico.

Una vez entendida la necesidad de expansión internacional surge la elección del país donde operar. Para la elección es conveniente la evaluación de tres factores: beneficios, riesgos y costes.

Pues bien, uno de los riesgos principales a los que se enfrentan las empresas al entrar a otro país es el riesgo político. Y éste, en el caso de Venezuela es altísimo, haciendo que la inversión extranjera sea cosa héroes. En Venezuela existen todos los riesgos políticos como veremos a continuación:

Expropiaciones

Se dan cuando el gobierno extrae la propiedad privada de una empresa o individuo ofreciendo algún tipo de compensación a cambio. La empresa pierde sus propiedades y beneficios futuros.

Confiscaciones

Se dan cuando el gobierno extrae la propiedad privada de una empresa o individuo SIN ofrecer ningún tipo de compensación a cambio. La empresa pierde sus propiedades y beneficios futuros.

Agresiones y campañas contra empresas extranjeras

Las empresas pierden ventas y se incrementa el gasto en relaciones públicas para mejorar su imagen.

Secuestros y terrorismo

La empresa debe incrementar los costes en seguridad, sufre interrupciones en su producción y decrece su productividad.

http://www.economist.com/news/americas/21653636-abductions-get-faster-poor-are-being-targeted-along-rich-quickie-kidnappings

Violencia

La empresa pierde ventas, existe destrucción de activos, debe incrementar los costes en seguridad, sufre interrupciones en su producción y decrece su productividad.

Repatriación de beneficios

La empresa no puede transferir sus beneficios al país de origen.

Inflación

Aumentan los costes operativos de la empresa.

Devaluación de la moneda

Reduce el valor de los beneficios repatriados por las empresas.

Subidas de impuestos.

Disminuye la rentabilidad de la empresa.

Por todas estas razones podemos concluir que la inversión en Venezuela es de alto riesgo ya que existe la posibilidad de perder toda la inversión realizada con relativa facilidad. No es, por tanto, un país que vaya a atraer inversión extranjera de ninguna manera, lo cual es terrible para una economía y sociedad que depende en un 95% del petróleo.

La combinación de inversión extranjera nula y el inexistente tejido empresarial venezolano pone al país en una situación verdaderamente complicada para prosperar económica y socialmente.

1 Comentario

  1. Venezuela no tiene un
    Venezuela no tiene un presente próspero, pero los cambios políticos están en marcha y el petróleo no se va a ir a ningún sitio. La apuesta sobre los tiempos en los que ocurrirá la futura prosperidad de Venezuela será la que defina inversión o pifia.


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más artículos

El día en que faltaban pisos

El tema de la vivienda es, sin duda, el principal problema de la generación más joven de país, podríamos decir de la gente menor de 35 años que no ha accedido al mercado de vivienda en la misma situación que sus padres, y no digamos ya de sus abuelos.