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La decisión de Podemos en Ganemos

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La lideresa de UPyD compareció anoche en el programa El Objetivo para hablar de corrupción, que es en estos momentos El Tema. Previamente, Évole había preparado a la audiencia de La Sexta con un programa sobre el trinque de los cursos de formación, pero ese es sólo uno de los múltiples escándalos que acrisolan la actualidad, con la operación Púnica ocupando la posición de vanguardia por ser el último de los casos de corrupción política conocidos hasta el momento. Y cuando amaine este asunto que ha enfangado al PP madrileño surgirá otro que afectará al PSOE de cualquier otra provincia, no necesariamente porque los altos cargos de los dos grandes partidos sean más corruptos que la media -que igual también-, sino por una mera cuestión de probabilidad, al ser las formaciones que más poder local, autonómico y estatal acumulan desde hace décadas excepto en Cataluña, coto privado de CiU.

Rosa Díez fue entrevistada en el programa de Ana Pastor (El ObjetivoEl Objetivo de La Sexta o El Objetivo de Ana Pastor, según el día que tenga la cadena "B" del grupo A3 Media) y esta vez la periodista estuvo más amable que en ocasiones anteriores. Anoche, la cosa iba de corrupción y ahí estuvo Díez, opinando sobre este asunto con total tranquilidad porque en UPyD no hay corruptos (que se sepa). Hay quien podrá pensar que el hecho de que ningún político de UPyD se haya visto salpicado en estos feos asuntos es porque aún no han llegado al poder. Grave error. En UPyD no hay corruptos porque en UPyD, según Rosa Díez, son incorruptibles. ¿Y por qué son incorruptibles? ¿acaso los miembros del partido magenta, 10.000 entre afiliados y simpatizantes, han sufrido una mutación genética que los inmuniza contra las tentaciones del poder y las asechanzas de los intermediarios? No exactamente. En palabras de la propia Rosa Díez "en UPyD somos incorruptibles porque tenemos como objetivo ser incorruptibles", una cosa bien sencilla de hacer que habría podido ahorrar grandes quebraderos de cabeza a Rajoy de haber caído a tiempo.

Y como el asunto iba de corrupción, mientras Rosa Díez desgranaba sus propuestas para evitar los escándalos que acucian a la clase política, en pantalla del plató aparecían sin solución de continuidad Granados, Blesa y Rodrigo Rato, de tal forma que la imagen de la presidenta de UPyD se superponía a la de los imputados procedentes del Partido Popular. Que igual no tiene ninguna influencia psicológica en los espectadores, pero los encuadres reiterados con esa composición de imágenes no dejaba de suscitar ciertas similitudes con las técnicas del mensaje subliminal. Seguramente será una coincidencia. Como la cortina del programa Salvados para dar paso a la publicidad, un hexágono con un halo de color morado que algún conspiranoico podría identificar con el logotipo de Podemos.

Precisamente, a Rosa Díez le preguntaron anoche también por el partido de Pablo Iglesias y las posibilidades de que UPyD y Podemos lleguen en el futuro a algún pacto puntual, algo que la lideresa no descartó a priori. Y hace bien porque, en última instancia, entre incorruptibles socialdemócratas y azotes de la corrupción "ni de izquierdas ni de derechas" un entendimiento mutuo sería lo más natural. Excepto en Extremadura, que ahí el papel de socio de Pablemos ya se lo ha pedido Monago, otro especialista en política subliminal.

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