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Un economista llamado Zapatero

Publicado en Libertad Digital

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Zapatero, preclaro intelectualillo que confundía la progresividad con la regresividad fiscal y que supuestamente aprendió el contenido de una de las ciencias sociales más complejas que existen en apenas dos tardes, ha sentenciado ante la ONU, sin rubor alguno, que el cambio climático es una de las causas de la recesión.

¿Por qué? Pues no queda muy claro con sólo una frase tan seca y tajante. Al menos los delirios de Jevons tenían cierta relación con la realidad, pues el inglés pensaba que el tamaño de las manchas solares provocaba alteraciones en el clima que a su vez generaban malas cosechas, incrementos en los precios de los productos agrícolas y, a través de estos, crisis económicas.

Pero, ¿y Zapatero? El que está acumulando méritos para convertirse en el economista español más original del s. XXI no ha querido desarrollar su visionaria teoría. Lástima, nos quedaremos de momento con las ganas de descubrir cómo ha influido el cambio climático en la burbuja inmobiliaria: tal vez sea que la calor abochornara al bueno de Alan Greenspan y lo impulsara a favorecer una de las mayores expansiones crediticias de nuestra historia.

Tampoco llegaremos a entender cómo España, uno de los países más ecologistas del mundo, que se ha sumado a todas las iniciativas habidas y por haber en torno al cambio climático y que ha inundado con miles millones de euros a las eléctricas para promover el negociete de las energías renovables, es a la vez uno de los que más está sufriendo ­–y más va a sufrir– los achaques de esta crisis que nos trajo el cambio climático.

Curioso, por cierto, esto del ciclo económico. Algunas de las mentes más brillantes de la historia se han dejado las neuronas en redactar decenas de miles de páginas sobre el asunto, y nuestro insigne presidente, al que no se le conoce escrito alguno que no quepa en una servilleta de papel, lo ha zanjado en un par de frases.

Aunque, en realidad, más verosímil me parece la hipótesis de que Zapatero siga teniendo hoy los mismos conocimientos económicos y los mismos prejuicios ideológicos que antes de convertirse en discente del posteriormente defenestrado Sevilla. Lo que buscaba el presidente del Gobierno con tales malabarismos era justificar que esté aprovechándose de la crisis para promover todo tipo de leyes disparatadas –como la Ley de Crecimiento Sostenible– que en absoluto atacan las causas de la recesión ni favorecen la recuperación: nos inventamos un muñeco de paja que nos permita no tomar ni una decisión correcta pero sí bastantes catastróficas.

Al fin y al cabo, a Zapatero le importa bastante poco que los españoles salgan de la crisis en la que, en buena medida, su Gobierno nos ha metido. Como él mismo ha declarado: "Los intereses que tiene España para defender en Naciones Unidas es Naciones Unidas", véase: "una garantía de paz que atienda la salud en el mundo, la lucha contra la pobreza y ahora que atienda también la lucha por el cambio climático". Los españoles no tenemos intereses porque han sido sustituidos por los de Naciones Unidas, esto es, por la agenda izquierdista global que Zapatero lidera en nuestro país. Hay que acabar con la pobreza en el mundo mientras la vamos multiplicando en España. Cómo no habremos caído antes.

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