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Lincoln, la película y el glorificado déspota racista (y II)

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Esta es la segunda (y última) entrega de Sergio Alberich analizando los mitos y realidades en torno al personaje del Presidente Lincoln. La primera parte puede encontrarse aquí.


«Pragmatismo maquiavélico» es la excusa a la que se recurre con más frecuencia para justificar los ataques que Lincoln perpetró contra la Libertad, pero hay otro, muy presente en la película, que se tendría que mencionar aquí. Al final de su trabajo, Spielberg dirige una escena en la aparece el presidente montando a caballo entre los restos de un campo de batalla. La fotografía es increíble y realmente se puede llegar a sentir el dolor que transmite el cuerpo de Daniel Day-Lewis. En la siguiente escena, si la memoria no me falla, el Presidente habla con el General Ulysses S. Grant sobre el final de la guerra. Todavía dolido por lo que acababa de presenciar, Lincoln se muestra benevolente en su trato hacia los soldados y oficiales confederados. En seguida, habla de las brutales imágenes que acababa de ver. En ese momento, yo sólo podía pensar en la frecuente excusa de los entusiastas de Lincoln de que él no estaba al tanto de la ofensiva contra la Libertad y de las masacres de civiles durante la guerra.

Uno de los rasgos que se ensalzan en Abraham Lincoln es su habilidad de microgestión y la fijación que tenía por ésta. El presidente era conocido por trabajar con minuciosidad en temas poco importantes, y, aun así, ¿nos quieren hacer creer que Abe no estuvo directamente involucrado y no era consciente de tales atrocidades? Medios justificando fines ya es una muy mala excusa, pero hacerse el tonto y alegar que Abe no tenía conocimiento de estas acciones, es más que ridículo.

El punto es que Lincoln vio en la guerra, y su supuesta misión de liberar a los esclavos, la oportunidad de ampliar y dar fuerza al Gobierno Federal. Él vio la posibilidad de secuestrar los poderes asignados originalmente a los Estados. En un momento dado, llegó a estar tan ansioso por empezar el combate que, por escrito, felicitó a su Comandante Naval por haber obligado a Carolina del Norte a disparar el primer tiro de la Guerra.

Es cierto que los Estados del sur querían mantener la esclavitud, pero este no era el primer punto en la agenda sureña. La región del Sur era la más afectada por los altos aranceles impuestos por el Gobierno Federal. Violaciones adicionales de la soberanía de los Estados, que incluían, pero no se limitaban, el caso de la esclavitud, contribuían a poner más tensión sobre la mesa. Por otro lado, la postura agresiva de Lincoln fue siempre evidente. En el mismísimo discurso inaugural, durante el cual afirmó que no tenía ningún problema con la institución de la esclavitud del Sur y que no era una cuestión del poder federal, Abe acaba lanzando una clarísima amenaza a los estados del Sur en lo que se refiere a la recaudación de impuestos. El Norte, y Lincoln, temía que el Sur y sus prácticas de libre comercio acabaran con un importante flujo de negocios de la Unión. Por lo tanto, el deseo de consolidación del poder federal, muy presente entre los partidarios de Lincoln, encontró en los abolicionistas un aliado perfecto para luchar contra los separatistas del Sur.

Si se permitía que el Sur se independizara y estableciera el libre comercio, el comercio exterior se habría desviado de forma masiva desde los puertos del norte a los del sur, ya que los comerciantes buscarían un régimen de aranceles bajos o el libre comercio del Sur. ‘Que el sur adopte el sistema de libre comercio’, advirtió el Daily Times de Chicago, y ‘el comercio del Norte deberá reducirse a menos de la mitad de lo que es ahora’.

 Tom Woods, The Politically Incorrect guide to American History.

 A lo largo de la mayor parte de nuestra historia, las únicas fuentes de ingresos federales fueron impuestos y aranceles. Durante la década de 1850, los aranceles representaron el 90 por ciento de los ingresos federales. Los puertos del Sur pagaban el 75 por ciento de los aranceles en 1859. ¿Qué político «responsable» permitiría la pérdida de estos altos ingresos?

Walter Willians, en Abraham Lincoln.

Finalmente, se eliminó una traba natural contra el crecimiento del Gobierno Federal. Hasta este momento, la Unión era considerada un acuerdo voluntario del modo en que había sido constituida por los Padres Fundadores. Los Estados vinieron antes y voluntariamente concedieron algunos poderes a la Unión. Poderes que, si se extralimitaban, podían ser rápidamente suspendidos a través de la simple amenaza o la efectiva salida de un Estado descontento con la Unión. Esta situación mantenía el Gobierno Federal atento todo el tiempo y, como consecuencia, impedía que se produjera un crecimiento imparable del mismo. Los tres poderes, judicial, legislativo y ejecutivo, no son suficientes para frenar el agigantamiento de la organización de la que los tres son parte: el Gobierno Federal. Pero cuando los ciudadanos pueden votar con la mayor democracia que hay, con sus pies, y las suborganizaciones (Estados y Municipios) pueden decidir cuándo unirse o abandonar la organización superior, la Libertad se protege mejor. Desafortunadamente, después de 1865, la idea de una Unión voluntaria fue suspendida y, con ella, la cuestión de la secesión se convirtió en un delito ofensivo a ojos de muchos. ¡Gracias, Abe!

En Alemania, Hitler afirmó que «deberían eliminarse todos los derechos de los estados: para nosotros el Estado como tal es sólo una forma, ya que lo esencial es su contenido, la nación, la gente, está claro que todo lo demás tiene que subordinarse a los intereses soberanos de la nación. Particularmente, no podemos concebir la idea de un estado autónomo dentro de la nación, sin la soberanía del Estado y en el punto de poder político». Así, el «mal de los estados federados individuales… debe cesar y cesará algún día… el Nacionalsocialismo, como una cuestión de principios, debe reclamar el derecho a imponer sus principios en toda la nación alemana sin consideración de fronteras estatales antes federadas».

Tom Woods, citando un pasaje de «Mein Kampf» de Hitler que fue reproducido en Thomas DiLorenzo de Unmasked Lincoln.

Debe enaltecerse y reconocerse la figura de Lincoln como la de un hombre autodidacta que, sin contar con más de un año de educación formal, logró convertirse en uno de los mejores abogados en los EEUU y, finalmente, subió los escalafones del mundo de la política para convertirse en el Presidente de EEUU. Pero de ahí a verlo como un santo es difícil de entender.

Dejando a un lado las atrocidades que cometió durante la guerra y olvidando el hecho de que él no era el abolicionista por lo que es adorado, sigue siendo difícil admirar el resto de su obra. Durante años fue abogado para los ferrocarriles y cuando, por fin, fue el encargado de elegir el recorrido de las líneas federales, casualmente, sus tierras se hallaban justo en el medio. Parece un poco sospechoso, pero no importa, estoy seguro de que hay infinidad de explicaciones para esta curiosa coincidencia. Además, durante los casi 30 años previos a su presidencia, fue un entusiasta del Mercantilismo. Los elevados aranceles aplicados a las importaciones y los elevados subsidios a sectores específicos fueron el núcleo de su obra. El regreso del Banco Central que previamente Andrew Jackson había eliminado fue otro de los asuntos que abordó durante esos años.

Thomas DiLorenzo tiene una teoría de lo que él llama el Culto Lincoln (The Lincoln Cult). Afirma que su deificación, impulsada tanto por Demócratas como por Republicanos e, incluso, por el Partido Comunista, es la glorificación de la Presidencia Americana y del Gobierno Federal de EEUU. Así que todo aquél que cree en un gobierno federal poderoso, todo aquél que tiene que buscar excusas para justificar ataques contra las libertades civiles, todo aquél que quiere decir a los demás cómo deben vivir sus vidas, termina por ensalzarle. En realidad, desde mi punto de vista, es difícil pensar en otros políticos que atacaran tanto la institución de la Libertad durante el siglo XIX, con unos efectos que se trasladarían a los acontecimientos del siglo siguiente (a excepción, tal vez, del hermano europeo de Lincoln, Bismarck).

Acertadamente, DiLorenzo observa que la antedicha glorificación se ha convertido en una maldición, la Maldición de Lincoln (The Lincoln Curse). Durante los últimos 150 años, la figura de Abe se ha usado para justificar la reinterpretación continua de la Declaración de Independencia y de la Constitución de los EEUU según los deseos de unos pocos. Por desgracia, tanta falta de respeto conlleva un intenso y continuo daño a los fundamentos de la Libertad en casi todos los aspectos de la vida estadounidense. El fin de la veneración de Abraham Lincoln es un paso importante hacia la restauración de la Land of the Free.

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Pues bien, puesto que esto no es un trabajo académico, sino un simple artículo expresando mis opiniones y conocimiento acerca de Lincoln y su adoración, hago la sugerencia de los siguientes Artículos, Libros y Vídeos para todos los que tengan interés en profundizar su estudio del tema: 

Artículos

DiLorenzo, Thomas,

Williams, Walter,

McClanahan, Brion,

Woods, Tom, «Lincon Unmasked» http://www.lewrockwell.com/woods/woods58.html;

On Doris Kearns-Goodwin:

Libros

Woods, Tom, «The Politically Incorrect Guide to American History» ;

Donald, David, «Lincoln» http://www.amazon.com/Lincoln-David-Herbert-Donald/dp/068482535X;

DiLorenzo, Thomas,

Bennett Jr., Lerone, «Forced into Glory: Abraham Lincoln’ s White Dream» http://www.amazon.com/Forced-into-Glory-Abraham-Lincolns/dp/0874850851/ref=sr_1_fkmr0_1?s=books&ie=UTF8&qid=1360957152& sr=1-1-fkmr0&keywords=Lerone+Bennett%2C+Jr.%2C+Forced+into+Glory%3A+Abraham+Lincoln%E2%80%99+s+White+Dream ;

Fallon, Joseph, «Lincoln Uncensored» http://www.amazon.com/Lincoln-Uncensored-ebook/dp/B009FMPGQ2

Denson, John, «Reassessing the Presidency: The rise do the executive state and decline of freedom» http://mises.org/Books/reassessingpresidency.pdf.

Vídeos

Tom Wood’s Libertyclassroom.com by Brion McClanahan;

Thomas DiLorenzo on Spielberg’s Lincoln http://www.youtube.com/watch?v=tfliZYSRDlE

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